Muchos conocemos las dificultades de cuidar a una persona mayor. En ocasiones nos desgastamos. Podemos sentirnos saturados y tener la sensación de que nos faltan herramientas. A veces sabemos lo que hacemos o incluso llevamos muchos años haciéndolo. Sin embargo, seamos un cuidador profesional o un familiar, podemos vernos sobrepasados con más facilidad de la que nos damos cuenta.
Ser consciente de eso puede ser fácil. Sin embargo, para poder hacer al respecto es necesario reconocer las señales. Entender qué tipo de situaciones pueden llevarnos a ese momento puede ayudarnos a identificarlas y prevenirlas.
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Retos y dificultades de cuidar a una persona mayor
Como hemos explicado, para poder prevenir la saturación como cuidadores, es necesario identificar las señales. Aprender a darnos cuenta de qué tipo de situaciones pueden desequilibrarnos y sobrecargarnos. Además, tendrá un doble efecto: podremos darnos cuenta de que es normal sentirnos así en esas situaciones. No somos únicos, ni más débiles, por necesitar ayuda. Tratar de ser “Superman” no ayudará al mayor a nuestro cargo.
Estas son las situaciones que, si no aprendemos a controlar, pueden acabarse por acumular.
- Una de las dificultades más comunes es cuando tenemos que averiguar qué decisión es la más adecuada en cada situación. Al fin y al cabo, ser capaces de decidir adecuadamente en todo momento es una gran responsabilidad. Es importante darnos cuenta de que nuestra labor no es tomar las decisiones por el otro. Siempre que la persona pueda tomar sus propias decisiones, mejor. Si no fuera posible, se tratará de tomar aquella decisión que se adapte a su personalidad y a sus necesidades.
- Seamos el cuidador familiar o uno profesional, siempre será necesario también priorizar tareas. Cabe dentro de lo posible que haya más de una persona a la que cuidar. También tenemos que atender el domicilio, la comida, las responsabilidades personales, los médicos, etc. Tratar de hacer todo al mismo tiempo es un error.
- Las expectativas personales son también un gran problema en algunas ocasiones. Darnos cuenta de hasta qué punto lo que pretendemos de nosotros mismos se ajusta a la realidad. Tratar de dar más de lo que realmente eres capaz de dar, te llevará a dar un paso para adelante y dos para atrás.
- Tratar de llegar a cumplir las expectativas de los demás es otro factor que nos puede saturar. Podemos sentir que nos están pidiendo que hagamos más de lo que nos da tiempo a hacer. Quizá nos demos cuenta de que para poder llegar a ello necesitas apoyo o ayuda externa. En ocasiones, el simple gesto de que alguien nos escuche puede marcar la diferencia.
Que hacer al respecto: ayudas y sugerencias
Identificadas las situaciones llega la pregunta del millón: ¿y ahora qué? Veamos ideas y modos de actuar ante las dificultades de cuidar a una persona mayor:
- Formarte y aprender. No se supone que lo sepas todo. Continuar aprendiendo a lo largo de la vida es de utilidad para todos. Se trata de entender qué hacer ante situaciones y necesidades más comunes, conocer las ayudas técnicas existentes, etc. Con todo eso, las decisiones que tomemos podrán ser más seguras y eficientes, sin dejar de lado la empatía.
- Coordinar los cuidados. Dependiendo de la ayuda que requiera la persona mayor así será los cuidados que necesite recibir. Tenemos varios recursos a nuestro alcance: Servicios de Ayuda a domicilio, centros de día, centros de mayores, uno o varios cuidadores profesionales, familiares o amigos que pueden “echarnos un cable” …
- Marcar los límites adecuados: no es realista estar disponible las 24 horas del día los siete días de la semana. Necesitamos un descanso. Dar una vuelta, atender nuestras propias necesidades, pedir ayuda, charlas y salir a divertirnos en algún momento. Sin una vida propia que disfrutar, no podremos mejorar la calidad de vida de la persona que tenemos delante. Aquí puedes encontrar también más información y ayudas para cómo evitar el síndrome del cuidador.
- Prioriza las tareas según urgencia, importancia, necesidad… Habrá cosas que requieran nuestra atención inmediata, haz eso primero. Luego hay cosas que son importantes, si bien no necesariamente urgentes. Puedes dejar esas para más tarde, sin que se te olvide hacerlas. Intercala siempre que puedas actividades divertidas. Incluso tomarte tu tiempo para charlar, tomar un café o jugar con esa persona mayor es importante para disfrutar mientras le cuidas.
Esperamos que estas pequeñas “pistas” te hayan sido de utilidad. Por su puesto, no dudes en pedirnos ayuda. Desde la Fundación Atilano Sánchez Sánchez te ofreceremos consejo, apoyo y empatía, para buscar la mejor solución a cada situación.