Las personas mayores pueden llegar a sufrir muchos achaques y dolores, lo que puede hacer más complejo diagnosticar una enfermedad como la fibromialgia. Esto es porque la fibromialgia es una enfermedad que puede atacar a personas de todas las edades. Además, son muchos los posibles síntomas que produce en diferentes personas.
El complejo diagnóstico de esta enfermedad hace muy importante que la comprendamos y conozcamos.
Índice
¿Qué es la fibromialgia?
La fibromialgia es una enfermedad que afecta sobre todo a los músculos y tendones del cuerpo, produciendo dolor crónico y generalizado, así como fatiga y contracturas generalizadas. Es pues una enfermedad reumatológica cuyo dolor es continuo o dura al menos tres meses.
La fibromialgia afecta a un 3% de la población española. A pesar de poder afectar a personas de todas las edades es más común entre personas mayores. También es más común entre mujeres que entre hombres.
Se cree que la fibromialgia es el producto del modo en el que el cerebro y la médula espinal perciben los estímulos externos. Esto hace que algunas sensaciones concretas sean procesadas como dolorosas.
Antes de diagnosticarse la fibromialgia no obstante se deberán descartar otras posibles enfermedades. Entre ellas encontraríamos la osteoporosis, el Parkinson la polimialgia reumática, etc.
Causas y factores de riesgo de la fibromialgia en personas mayores
Como ya hemos mencionado, la fibromialgia es una enfermedad que afecta más a las personas mayores y a las mujeres. Estos son pues dos de los factores de riesgo más conocidos.
Otros factores de riesgo son haber sido tratados con cirugía, los traumatismos y tener enfermedades reumáticas o infecciones crónicas. Sufrir altos niveles de estrés continuo también supone uno de los factores de riesgo más importantes de la fibromialgia.
No se conoce con exactitud la causa de la fibromialgia. A pesar de ello, se cree que se puede basar en la repetida estimulación de los nervios. Estos a su vez provocan cambios en el cerebro y la médula espinal. El motivo parece ser el aumento de ciertas sustancias químicas en el cerebro encargadas de transmitir la sensación de dolor.
Como consecuencia de todo esto, los receptores del dolor en el cerebro se vuelven más sensibles, teniendo reacciones demasiado intensas.
Podemos además dividir los motivos de estos cambios en tres grandes grupos:
- Factores hereditarios y genéticos: la presencia de determinadas mutaciones en los genes puede ser hereditaria. Por ello, determinadas personas pueden ser vulnerables a esta enfermedad.
- Otras enfermedades: como hemos mencionado, hay otras enfermedades e infecciones que pueden facilitar el surgimiento de esta enfermedad. Esto haría a algunas personas más proclives a desarrollar fibromialgia.
- Situaciones de estrés: bajo situaciones de estés, el cuerpo libera sustancias que lo hacen vulnerable a síntomas como dolor, fatiga o depresión. Por ello, la mala gestión del estrés y las situaciones estresantes prolongadas hacen más factible la aparición de la fibromialgia.
Síntomas de la fibromialgia en personas mayores
A día de hoy, no existe una prueba infalible para detectar la presencia de esta enfermedad. Por ello, la forma de saber que una persona tiene fibromialgia es la presión de los 18 puntos de dolor de la fibromialgia. Entre los puntos están el glúteo, la rodilla, o el trapecio. Si en al menos 11 de los 18 puntos existe dolor ante la palpación, se puede deber a la fibromialgia.
También será importante para diagnosticar fibromialgia la observación de los síntomas. Entre los síntomas más comunes podemos encontrar los siguientes:
- Fatiga crónica: la fibromialgia provoca alteraciones en los ciclos del sueño. Las personas con fibromialgia a menudo tienen dificultades para conciliar el sueño. También pueden tener múltiples despertares. Todo ello, provoca un cansancio y fatiga generalizados, como si no hubieran dormido en toda la noche.
- Dolor generalizado: las personas refieren dolor en todo el cuerpo, durante como mínimo tres meses. Este dolor, aunque puede ser leve, es constante y muy molesto. También puede conllevar dolor de cabeza y migrañas. A su vez este dolor puede provocar rigidez muscular u hormigueos en varias zonas del cuerpo.
- Dificultades cognitivas: desde depresión o ansiedad hasta problemas de atención y memoria. Las personas pueden sentir dificultades para concentrarse, para tomar decisiones, pérdidas de memoria, etc. otros síntomas como la depresión a su vez empeoran el resto de síntomas. Esto es porque aumentan la sensibilidad de la persona a las luces, los sonidos o el dolor.
- Otros problemas y enfermedades: entre los síntomas de la fibromialgia a menudo encontramos otros trastornos. Entre ellos podemos mencionar el trastorno de piernas inquietas, los trastornos digestivos o problemas de orina.
Tratamiento y cuidados para personas mayores que sufren fibromialgia
Como hemos explicado, a menudo muchas personas mayores desechan estar sufriendo esta enfermedad. Esto es porque achacan los síntomas a otras enfermedades u otros factores como la edad.
Sin embargo, concienciar de la idoneidad de trata la enfermedad y sus síntomas puede ayudar a marcar la diferencia. Mejorará la calidad de vida de las personas mayores con fibromialgia.
El tratamiento incluye la toma de analgésicos, la terapia psicológica y psiquiátrica y la realización de ejercicio suave. Veamos cómo estos tres factores son la clave para los cuidados que hay que tener presentes si una persona mayor tiene fibromialgia:
- Cuidados médicos: la toma de analgésicos aliviará los síntomas de dolor. También se pueden tener en cuenta otros tratamientos como la osteopatía. Acude a tu médico, sigue sus pautas y toma el tratamiento indicado.
- Tratamiento psicológico: son muchos los síntomas psicológicos asociados a la fibromialgia. Encontramos desde depresión, hasta estés o dificultad para concentrarse o relajarse. Entre los tratamientos más idóneos para ello están la psicoterapias, las técnicas de relajación y determinados medicamentos como antidepresivos.
- Realización de ejercicio: la realización de ejercicio ayuda a disminuir el dolor y la rigidez muscular. En personas más jóvenes se puede recomendar la realización de deportes como correr o nadar. Sin embargo, es posible y necesario adaptarlo a la persona mayor. Puede ser recomendable andar, hacer bicicleta (puede ser estática o usando pedalier), etc.