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El trastorno bipolar en personas mayores
El trastorno bipolar en personas mayores es un problema de salud mental al que deberíamos prestar atención.
Esto es porque a medida que nuestra comprensión de la salud mental evoluciona, se hace evidente que el trastorno bipolar no discrimina por edad. Afecta a personas de todas las edades.
Es importante entender con mayor detalle el trastorno bipolar en personas mayores, un tema que a menudo se pasa por alto en las discusiones sobre salud mental en esta población.
Entendiendo el trastorno bipolar en personas mayores
El trastorno bipolar, también conocido como enfermedad maníaco – depresiva, es una afección mental caracterizada por cambios extremos en el estado de ánimo, la energía y el comportamiento.
Se distingue por la alternancia entre episodios de manía, donde la persona experimenta una euforia excesiva, excitación, irritabilidad y comportamientos impulsivos, y episodios depresivos, marcados por una profunda tristeza, desesperanza, fatiga y pérdida de interés en actividades cotidianas.
Definición y características principales
En el contexto de la tercera edad, el trastorno bipolar puede presentarse de manera similar a como lo hace en otros grupos de edad, pero con algunas diferencias. Los episodios maníacos pueden manifestarse como agitación, irritabilidad extrema y comportamientos de riesgo, mientras que los episodios depresivos pueden confundirse con problemas de salud física o simplemente ser atribuidos al envejecimiento.
Es importante destacar que el trastorno bipolar no es simplemente una cuestión de cambios de humor comunes; es una enfermedad mental grave que requiere intervención médica y terapéutica adecuada. Los ciclos de ánimo en el trastorno bipolar pueden ser impredecibles y pueden interferir significativamente en la vida diaria y las relaciones interpersonales de quienes lo padecen.
Factores de riesgo y causas en la tercera edad
Si bien las causas exactas del trastorno bipolar no se comprenden completamente, se cree que es el resultado de una combinación de factores genéticos, biológicos y ambientales. En la tercera edad, ciertos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar trastorno bipolar o pueden desencadenar su aparición en personas que previamente no habían experimentado síntomas significativos:
- Cambios en el estado de salud: Condiciones médicas crónicas, como enfermedades cardiovasculares, diabetes o dolor crónico, pueden desencadenar o agravar los síntomas del trastorno bipolar en personas mayores.
- Cambios hormonales: Los cambios hormonales asociados con el envejecimiento, como los cambios en los niveles de hormonas tiroideas, pueden influir en la aparición de episodios maníacos o depresivos.
- Eventos estresantes de vida: La pérdida de seres queridos, la jubilación, la pérdida de independencia física o el aislamiento social pueden aumentar la vulnerabilidad a los episodios bipolares en la tercera edad.
- Uso de medicamentos: Algunos medicamentos comúnmente recetados para tratar afecciones físicas, como corticosteroides o ciertos medicamentos para la presión arterial, pueden desencadenar episodios maníacos o depresivos en personas con predisposición genética al trastorno bipolar.
Comprender estos factores de riesgo y causas potenciales es fundamental para identificar y abordar el trastorno bipolar en personas mayores de manera efectiva. Es importante que los profesionales de la salud mental y los cuidadores estén alerta a los signos y síntomas, especialmente en aquellos que pueden estar en mayor riesgo debido a estos factores específicos relacionados con la tercera edad
Cómo afecta el trastorno bipolar en la tercera edad
Los síntomas del trastorno bipolar en personas mayores pueden presentarse de manera similar a como lo hacen en otros grupos de edad, pero con algunas variaciones y consideraciones específicas relacionadas con el proceso de envejecimiento.
El trastorno bipolar se divide principalmente en dos episodios: maniaco y depresivo.
En los episodios maníacos, los individuos pueden experimentar un estado de ánimo elevado, expansivo o irritable, junto con síntomas como aumento de la energía, disminución de la necesidad de sueño, hablar más rápido de lo habitual, pensamientos acelerados, distraibilidad y participación en actividades de riesgo potencialmente peligrosas.
Por otro lado, los episodios depresivos se caracterizan por una tristeza persistente, falta de interés o placer en actividades habituales, cambios en el apetito o peso, problemas de sueño, fatiga, sentimientos de inutilidad o culpa, dificultades para concentrarse y pensamientos de muerte o suicidio. La presencia de estos síntomas causa malestar significativo o dificulta el funcionamiento social.
Diferencias respecto a otros grupos de edad
En la tercera edad, los síntomas del trastorno bipolar pueden presentarse de manera similar, pero con algunas consideraciones adicionales debido a los cambios asociados con el envejecimiento.
Veamos en qué consisten principalmente estas diferencias mencionadas:
- Presentación atípica: En la tercera edad, los síntomas del trastorno bipolar pueden manifestarse de manera más sutil o atípica, lo que dificulta su reconocimiento. Por ejemplo, los episodios maníacos pueden presentarse como irritabilidad crónica en lugar de euforia extrema.
- Comorbilidades médicas: Las personas mayores con trastorno bipolar pueden tener una mayor prevalencia de comorbilidades médicas, como enfermedades cardiovasculares o diabetes, lo que puede complicar el tratamiento y el manejo de la enfermedad mental.
- Mayor vulnerabilidad física: La fragilidad física asociada con el envejecimiento puede aumentar el riesgo de complicaciones relacionadas con el trastorno bipolar, como el deterioro cognitivo o la discapacidad funcional.
- Interacciones entre medicamentos: Las personas mayores con trastorno bipolar pueden estar tomando múltiples medicamentos para tratar afecciones médicas concurrentes, lo que aumenta el riesgo de interacciones entre los medicamentos y sus efectos secundarios.
Dada la complejidad de estas diferencias y consideraciones, es fundamental adoptar un enfoque individualizado. Esto requiere una colaboración estrecha entre profesionales de la salud mental, médicos de atención primaria y cuidadores para garantizar una atención integral y adecuada para esta población vulnerable.
Cómo abordar el trastorno bipolar en una persona mayor
El apoyo y la comprensión son fundamentales al interactuar con una persona mayor que padece trastorno bipolar. Veamos algunas pautas sobre cómo abordar esta situación:
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Buscar ayuda profesional:
Ante la sospecha de que un ser querido mayor pueda estar experimentando síntomas de trastorno bipolar, es crucial buscar ayuda profesional. Un médico de atención primaria, un psiquiatra o un psicólogo pueden realizar una evaluación exhaustiva y proporcionar orientación sobre el manejo adecuado de la enfermedad.
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Fomentar la comunicación abierta:
Mantener una comunicación abierta y sincera con la persona mayor es esencial para comprender sus experiencias y necesidades. Escuchar activamente sus preocupaciones y brindarles un espacio seguro para expresar sus emociones puede ayudar a fortalecer la relación y promover la confianza mutua.
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Educar sobre la enfermedad:
Proporcionar información sobre el trastorno bipolar y sus síntomas puede ayudar a la persona mayor y a sus seres queridos a comprender mejor la naturaleza de la enfermedad y qué esperar. Esto puede reducir el estigma asociado con la enfermedad y fomentar un entorno de apoyo y comprensión.
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Explorar tratamientos no farmacológicos:
Además de la medicación prescrita, existen diversas opciones de tratamiento no farmacológico que pueden ser beneficiosas para el manejo del trastorno bipolar en personas mayores. Estas pueden incluir:
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): La TCC puede ayudar a la persona mayor a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen a los episodios bipolares, así como a desarrollar habilidades para afrontar el estrés y regular las emociones.
- Terapia interpersonal: La terapia interpersonal se enfoca en mejorar las relaciones interpersonales y resolver conflictos sociales, lo que puede ser especialmente útil para abordar los problemas de relación y aislamiento social comunes en personas mayores con trastorno bipolar.
- Grupos de apoyo: Participar en grupos de apoyo puede brindar a la persona mayor la oportunidad de compartir experiencias con otros que enfrentan desafíos similares, recibir apoyo emocional y aprender estrategias de afrontamiento efectivas.
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Promover un estilo de vida saludable:
Alentar a la persona mayor a mantener hábitos de vida saludables, como una dieta equilibrada, ejercicio regular, sueño adecuado y evitar el consumo excesivo de alcohol y drogas, puede contribuir a mejorar su bienestar general y reducir la frecuencia y gravedad de los episodios bipolares.