La seguridad al volante en las personas mayores cada vez toma mayor importancia. Esto es porque cada vez hay más adultos mayores que conservan su coche y su carnet de conducir.
Según envejeces puedes ir perdiendo capacidad de reacción, vista u oído. A pesar de ello hay muchas personas de más de 65 años que pueden conservar su capacidad para usar un coche.
Es importante no obstante entender cuales son los riesgos y las precauciones que hay que tener. Las personas mayores en realidad a menudo tienen menos accidentes, al tener mayor precaución. Sin embargo, frecuentemente tienen consecuencias más graves ante un accidente de tráfico.
Índice
Consejos para la seguridad al volante en las personas mayores
A menudo el exceso de seguridad es lo más peligroso al volante. Tomar las precauciones adecuadas y mantenerse alerta puede marcar la diferencia en las consecuencias ante un imprevisto. Veamos las medidas de seguridad necesarias:
- Condice siempre con cinturón de seguridad.
- Evita distracciones: uso del teléfono móvil, la radio, comer o beber, etc.
- Mantente al día en las revisiones médicas: quién mejor que tu doctor de cabecera para indicarte cualquier cuestión médica que pueda afectar a la condición. Presta atención a los efectos secundarios de la medicación que tomas. Revisa también periódicamente tu visión y audición.
- Asegúrate de que haya unas adecuadas condiciones ambientales: condice de día y a ser posible siempre que haga buen tiempo. Evita la lluvia o conducir a las horas en las que el sol te pueda deslumbrar.
- Busca rutas cómodas: conduce siempre que sea posible por carreteras amplias y bien iluminadas. Busca destinos donde haya sitio cómodo para aparcar.
- Mantén la distancia de seguridad: mantén la mayor distancia posible tanto con el coche de delante. Esto permitirá tener mayor tiempo de reacción ante parones repentinos en la carretera. Controla también la velocidad.
- Mantén la calma y tómate tu tiempo: si necesitas más tiempo para aparcar o para hacer una maniobra, no pierdas los nervios. Tomate el tiempo que haga falta. Lo importante es la seguridad. Si es un viaje largo o estás cansado, párate a descansar.
- Planea tu ruta siempre con antelación: Mira el recorrido, a dónde ir, por dónde, dónde aparcar, etc. Siempre que puedas, evita conducir en las horas de mayor tráfico.
- Por supuesto, jamás conduzcas bajo el efecto del alcohol o las drogas.
Cuándo debe una persona mayor dejar de conducir?
Hemos visto qué medidas de seguridad hemos de tener cuando una persona que está capacitada para la conducción. Sin embargo, quizá lo más difícil es estar seguro de que nuestro ser querido no está tomando riesgos excesivos. ¿Basta con que tenga mucho cuidado? ¿Deba dejar ya el coche?
Saber si nos preocupamos demasiado o no puede ser complicado. Por ello, vemos las señales a las que deberíamos estar atentos:
- Se pierden o tardan demasiado: Puede que la persona llega demasiado tarde de un trayecto rutinario. Quizá se olvida de a dónde van o de su destino cuando acuden a lugares conocidos.
- Aumento del numero de accidentes: si la persona tiene más percances últimamente de los que habitualmente solía tener, quizá está perdiendo habilidad o tiempo de reacción.
- Disminución de la visión: Si a la persona le está constando más leer los carteles o ver señales de tráfico, su pérdida puede suponer un riesgo. También pueden sentir que las luces o los faros de otros vehículos les deslumbran.
- Aumento de la ansiedad al volante: Es importante conducir tranquilo. La persona mayor se puede poner más nervioso que antes ante maniobras, determinados giros, etc. Esto puede ser un signo de que no se ve tan capaz como antes.
- Dificultades de movilidad: ¿sufren caídas al andar o levantarse? ¿les cuesta girarse para mirar por encima de su hombro, les pesa al girar el volante o empujar los pedales?
- Confusiones o despistes: ¿Confunden el acelerador o el embrague? También debes prestar atención a si toman decisiones inadecuadas, o si conducen demasiado lento o demasiado deprisa. Es importante de igual manera si se olvidan de hacer comprobaciones, poner las luces, etc.
- Reacciones repentinas sin causa justificada: Frenazos abruptos, cambios repentinos de carril, etc.
Cómo transmitir nuestras preocupaciones a la persona mayor
Una vez tenemos claro que la persona tiene dificultades excesivas para conducir o no lo hace con seguridad, la dificultad es cómo decírselo. Al fin y al cabo queremos que lo comprendan pero tampoco queremos que se sientan heridos. La realidad es que puede que sea una conversación complicada.
Lo más importante es hablar desde la empatía. Comienza anotando mentalmente las señales que detectamos. Los momentos de alarma y nuestras precauciones.
La comunicación constante es importante. No comiences hablando con la persona únicamente cuando consideres que no puede conducir más. Habla con él o ella de la seguridad al volante y de tus preocupaciones. Si habéis normalizado estas conversaciones, hablar de ello cuando detectes que su capacidad de conducir ha disminuido será más fácil.
Escucha sus preocupaciones y buscad soluciones. Busca alternativas para moverse con facilidad y autonomía. a mendo un taxi puede ser una buena alternativa en determinados recorridos. Sin embargo, es muy probable que a la persona le preocupe el gasto que esto supone.
Habla con tranquilidad y cariño con la persona. Que sienta que es una conversación que necesitas que tengáis. Evita que sienta que es una orden que le das.