Cómo evitar que personas mayores y ancianos se pierdan
El cuidado de mayores puede ser una tarea complicada cuando la persona tiene alguna enfermedad como Alzheimer o similar. En ocasiones las personas encargadas del cuidado de mayores, ya sean cuidadores profesionales o los propios familiares, sienten extrema preocupación ante diversos síntomas o problemas conductuales. Uno de ellos es el escapismo, e incluso la pérdida y desorientación.
Hay ocasiones en las que la persona comienza a deambular sin finalidad o destino definido. Esto se vuelve un problema extremo cuando comienza a ocurrir fuera del domicilio, existiendo un riesgo de fuga.
El cuidado de mayores es especialmente complicado cuando comienza a preocuparnos que se pierda. Se corre el riesgo de la desaparición de un familiar mayor por periodos largos de tiempo, o incluso de sufrir algún accidente al salir de casa sin ayuda ni supervisión.
Causas de las fugas y desorientación de ancianos
Como en ocasiones anteriores, en el cuidado de mayores que sufren trastornos conductuales de algún tipo se vuelve clave comprender las posibles causas de lo que les está sucediendo. Ya que ellos son los primeros en sufrir en estas circunstancias.
En muchas ocasiones, a pesar de que la persona mayor se vuelva algo más dependiente (ya sea por problemas cognitivos o físicos), sigue teniendo la necesidad de ser autónomo e independiente.
Para tratar de continuar manteniendo el nivel de actividad que solían tener previamente, pueden comenzar a deambular fuera o dentro del domicilio sin un objetivo claro.
También puede suceder que consideren que se encuentran en un entorno hostil dentro del domicilio, ya sea por calor o ruido excesivos, presencia de extraños, etc.
En otras ocasiones, pueden estar tratando de encontrar algo o a alguien.
En el cuidado de mayores comprender la causa de la conducta puede ayudar a paliar la misma, e incluso puede ayudarnos a mostrar más calma cuando nos encontremos la situación de nuevo en el futuro. Afrontar los hechos con tranquilidad es vital para evitar la pérdida y desaparición de personas mayores en el futuro.
Qué se ha de evitar
Ante el riesgo de fuga, en el cuidado de mayores evitar ciertos aspectos puede sernos de extrema ayuda:
- Evitar entornos con temperaturas extremas, ya sea mucho calor o mucho frío.
- Evitar entornos estresantes, con demasiada gente, mucho ruido, etc. También puede ser importante un nivel adecuado de luz, sin que haya demasiada o muy poca.
- Evita razonamientos o explicaciones, sobre todo si éstas son complicadas o largas. Si tratas de razonar con lógica que no pueden salir fuera del domicilio sin ayuda, pueden sentir que tratas de detenerlos de hacer algo que ellos consideran importante.
- Evita sujeciones mecánicas (cinturones, petos, etc.). Se ha demostrado que el uso de sujeciones mecánicas en el cuidado de mayores ayuda a aumentar el nivel de ansiedad o agitación en los mismos, lo cual solo empeora la situación ante un riesgo de fuga.
- Evitar cambios en el domicilio o reformas en el mismo.
Medidas a tomar
Sabiendo qué no se ha de hacer en el cuidado de mayores con riesgo de fuga, vamos a analizar qué sí se debe hacer.
- Medidas como cerrojos o disimular el pomo de la puerta pueden ser de extrema ayuda para evitar la salida del domicilio. También podemos poner un cascabel en la puerta para identificar cuándo la persona trata de salir, y evitar que lo haga sin nuestro conocimiento.
- Medidas sencillas como colocar una alfombra, felpudo o baldosas negras en la puerta de entrada puede ayudar a evitar que salga. La imaginación siempre es de ayuda en el cuidado de mayores.
- Identificar debidamente a la persona mayor, con su nombre y dirección, en caso de que se pierda y alguien, como un policía, pueda encontrarle. También podemos añadir una inscripción que indique los problemas de memoria, y puede ayudarnos el uso de complementos con GPS incorporado.
- Realización de ejercicio físico controlado. También anticiparnos a la fuga saliendo con ellos a dar paseos por la zona. La rutina siempre será de utilidad en estos casos.
- Instalar una alarma o detectores de movimiento.
- Facilitar un entorno seguro para pasear en el domicilio o jardín particular, que no suponga un riesgo para la persona.
- Señales visuales, como una señal de stop en la puerta, o ayudas que facilitan la orientación espacial de la persona y le permitan identificar dónde se encuentran. La orientación espacio – temporal es el “eterno olvidado” en el cuidado de mayores, ya que interpretamos erróneamente que al no acordarse tiempo después, no es de verdadera utilidad. La realidad es que les proporciona un mayor sentido de estabilidad.