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Cómo cuidar la nutrición y alimentación en personas mayores

La aparición de diversas enfermedades en las personas mayores impide que puedan mantenerse activas en el desarrollo de las actividades de la vida cotidiana. Varias de esas enfermedades, como la obesidad, el colesterol, el déficit de vitaminas o minerales, etc., son causadas por una inadecuada alimentación. Por desgracia, la desnutrición en personas mayores no es tan poco común como nos gustaría. Es necesario conocer los síntomas, causas de esta problemática y, sobre todo, cómo cuidar la alimentación en personas mayores.

Causas de desnutrición en personas mayores

Son muchas, y muy diversas, las posibles causas por las que una persona en la tercera edad no coma y se alimente de los nutrientes necesarios para el día a día. Hay que valorar, con el consiguiente equipo médico, cómo solucionar estos problemas e inconvenientes que impiden una buena alimentación. Entre los factores y causas más recurrentes se encuentran las siguientes.

Dieta monótona

En primer lugar, se deben tener en cuenta todas las dietas monótonas y pobres que a menudo encontramos en instituciones como hospitales y residencias. Una situación que puede trasladarse perfectamente al hogar, si no se lleva un control o se descuida este aspecto.

Pérdida de apetito

También debemos comprender y conocer la falta de apetito que tienen las personas mayores, que llegan a la sensación de saciedad de manera más temprana. Además, la inactividad también provoca esa pérdida de ganas de comer.

Disfagia

La disfagia (dificultad o imposibilidad para tragar) condiciona también la selección de aquellos alimentos que pueda digerir adecuadamente la persona mayor. Así como las formas de presentación de los alimentos, habiendo muchos ancianos que tienen problemas para deglutir los mismos.

Problemas físicos para comer

A esto hay que sumarle los posibles problemas físicos que podemos encontrar, como dolor de muelas o de boca o problemas de gusto u olfato.

Otros problemas físicos son las alteraciones en la función digestiva que pueden provocar disminución del apetito. Las personas mayores, ante esto, disminuyen la cantidad de comida o bebida ingeridas o toman alimentos con menor aporte calórico.

Problemas personales y enfermedades

A esta mala alimentación en mayores, también influyen las creencias que cada persona tiene acerca de lo que resulta saludable. A la menor ingesta de productos calóricos también pueden influir otros aspectos como la viudedad, la soledad, la capacidad económica, etc.

Factores como el precio de la comida o la composición saludable de la misma son también claves para determinar una adecuada alimentación y un nivel nutricional óptimo en las personas mayores.

La demencia es también otro factor influyente, ya que en muchas ocasiones cursa con problemas como la negación a comer, o el rechazo a determinados alimentos, lo cual dificulta el establecimiento de un menú adecuado.

Actuaciones para facilitar una adecuada nutrición y alimentación en personas mayores

Es importante tener en cuenta todos aquellos factores mencionados para preparar menús con alta densidad energética, adaptados a problemas de masticación o deglución, que pueden favorecer el desarrollo de problemas o enfermedades como la anorexia. Algunas de las acciones que se pueden realizar para favorecer una buena ingesta de comida destacan.

Emplatado y preparación

Entre las medidas adecuadas podemos encontrar la preparación de la comida de forma que resulte apetitosa a la vista, ya que esto ejerce una gran influencia sobre si a la persona le podrá apetecer tomar el alimento o la cantidad que ingiera.

Poder de decisión y autonomía

También podemos fomentar la autonomía de las personas mayores a la hora de comer, favoreciendo que pueda elegir el menú, aunque sea necesario establecer para ello un par de opciones, alternativa que se ha demostrado útil en casos de demencia.

Para favorecer la autonomía también es útil el uso de cubiertos adecuados, aspecto que es de utilidad cuando existe algún problema físico que dificulte la alimentación. Para otros problemas físicos como disfagia se debe adaptar la textura de la comida, de tal manera que no suponga riesgo de atragantamiento, etc.

Fomentar interés por la comida

Además de lo ya mencionado, no podemos olvidar que hay más factores que influyen a la hora de adaptar la alimentación a la persona (y no la persona a la alimentación, lo cual derivará en una nutrición insuficiente y una probable negativa del adulto mayor a tomarla).

Para ello hay que generar un mayor interés de las personas mayores hacia la comida, pudiendo explicarle los beneficios y potencialidades de una adecuada nutrición, haciéndola divertida, etc.

Con ello, se podrá generar una actitud más activa hacia el cambio de aquellas conductas alimentarias que se necesiten modificar. Se favorecerá una mayor aceptación de hábitos alimenticios que se propongan de forma estable a lo largo de su vida (y no de manera puntual).

Disfrutar con la comida

Uno de los aspectos más importantes es asegurarse que la persona mayor disfrute comiendo, ya que uno de los factores claves del cambio hacia una adecuada nutrición es la motivación.

Para todo ello, hay varios aspectos a valorar y que se pueden trabajar:

  • Hábitos alimenticios previos que la propia persona tuviera de antemano. Debemos, en la medida de lo posible, no cambiar aquellas costumbres alimenticias sin una justificación médica lo suficientemente importante.
  • Estado cognitivo y emocional de las personas mayores en cuestión. Ya sea porque existan dificultades a la hora de comer que haya que tener en cuenta, porque debamos presentar la comida de una forma más estimulante, etc.
  • Capacidad e interés social de las personas mayores. Comer es un acto social, y a menudo las personas que comen solas tienen hábitos alimenticios menos saludables.
  • El nivel de actividad física. Si este es mayor, mejorará la evacuación y aumentará el apetito. Si aumenta el sedentarismo, la necesidad calórica de aportes del organismo disminuirá, por lo que se comerá menos progresivamente.
  • Control de peso. La falta de actividad en los mayores u otros problemas de salud pueden ocasionar sobrepeso en las personas mayores. En caso de necesitar disminuir el peso, es necesario hacerlo de manera adecuada y progresiva. No es tan importante comer menos como tomar alimentos más saludables y hacer ejercicio.

Con todo ello en cuenta, podremos mejorar la alimentación, ánimo y estado de salud de nuestros mayores.

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