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Cómo detectar un Ictus y maneras de prevenirlo

Una de las enfermedades asociadas a la tercera edad es el Ictus, también llamado Accidente Cerebro Vascular (ACV), Embolia o Trombosis. Pero, ¿qué se sabe sobre ella? ¿Cómo se puede detectar y prevenirla? Abordamos qué es el ictus, sus factores de riesgo, cómo se puede reconocer, qué hacer una vez que se ha detectado y algunos aspectos importantes a tener en cuenta en la fase de recuperación.

Todas estas explicaciones son de gran fundamento para disponer de cierto conocimiento para realizar ciertas acciones que puedan cambiar de una manera muy importante en la evolución de la enfermedad

¿Qué es un ictus?

El ictus es una enfermedad cerebrovascular que se produce por la disminución u obstrucción del flujo sanguíneo. La sangre no llega al cerebro en la cantidad necesaria, lo que tiene como consecuencia que las células nerviosas no reciben oxígeno. Esto provoca que partes de nuestro cerebro relacionadas con la planificación, la visión, el movimiento o el olfato, dejen de funcionar.

Secuelas del Ictus

Las secuelas en un 30% de los pacientes suelen ser parálisis, problemas de equilibrio, trastornos del habla, bien para comprender o para emitir palabras y problemas cognitivos. Aproximadamente el 60% de las personas que lo padecen son dependientes. Es una enfermedad que provoca severas consecuencias.


¿Tienes un familiar que ha padecido un Ictus?

Quiénes suelen padecer un Ictus

La Fundación Española de Ictus explica cómo una de cada seis personas en el mundo sufrirá un ictus, y que el 80% de esos casos se pueden evitar. También afirman que es la primera causa de mortalidad entre mujeres españolas y la segunda en hombres. Y señalan cómo un tercio de los pacientes que han sufrido un ictus no tienen los factores de riesgo controlados.

Es una enfermedad que debemos prevenir todos, pero en especial con nuestros mayores, ya que es más frecuente a partir de los 55 años y según vamos cumpliendo años el riesgo sigue aumentando. La Fundación Española de Ictus explica que aproximadamente más del 21% de la población española presenta un alto riesgo de sufrir un ictus en los próximos 10 años. Y la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en 2050 la población mayor de 65 años representará el 46% de los casos de esta enfermedad.

¿Cuáles son los factores de riesgo del Ictus?

Según la Fundación Española de Ictus, existen ciertos factores de riesgo principales que potencian el que una persona pueda padece un ictus. Entre los principales son:

  • Haber sufrido un ictus con anterioridad
  • Tener la presión sanguínea elevada
  • Padecer diabetes
  • sufrir una enfermedad cardíaca
  • tener el contador de glóbulos rojos alto
  • consumo excesivo de alcohol, tabaco y otras drogas

También es conveniente enumerar otros factores y estilos de vida que pueden desembocar en un futuro en padecer esta enfermedad cerebrovascular. Entre los cuales se encuentran:

  • Obesidad
  • Sedentarismo
  • Intolerancia a la glucosa
  • Nutrición deficiente
  • Hiperhomocisteinemia
  • Terapia hormonal sustitutoria/anticonceptivos
  • Procesos inflamatorios
  • Apnea del sueño

Otro factor de riesgo importante lo encontramos en que aproximadamente el 50% de los pacientes abandonan el tratamiento dos o tres años después de haber sufrido el ictus, lo cual facilita la aparición de un segundo infarto cerebral que posiblemente tenga mayores secuelas.

¿Cómo reconocer que se está sufriendo un Ictus y qué hacer?

Los síntomas más habituales son la aparición brusca de dolor de cabeza, la afectación brusca de la visión en uno o en los dos ojos como visión doble, la aparición brusca de problemas para hablar y entender, la pérdida repentina del equilibrio -generando sensación de vértigo y elasticidad- y la pérdida brusca de la sensibilidad, de fuerza o debilidad en el brazo, pierna o en la cara.

Es muy importante identificar los síntomas y reaccionar con rapidez acudiendo a urgencias. Ya que los pacientes que son tratados por neurólogos desde el comienzo de los síntomas logran tener muy pocas secuelas o recuperarse casi por completo.

Recuperación de un Ictus

Algunos de los tratamientos médicos que se aplican en casos de Ictus son las estatinas que reducen en un 30% la mortalidad global de esta enfermedad o el uso de anticoagulantes en personas de más de 75 años o con varios factores de riesgo.

Hay que enfatizar en que la rehabilitación en el periodo de recuperación inicial es fundamental para que las secuelas sean las mínimas posibles. El papel de la fisioterapia es muy importante en la recuperación física, al igual que el trabajo cognitivo para recuperar y potenciar las máximas capacidades cerebrales posibles.

Beatriz Carmena: Psicóloga.

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