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Cómo comunicarnos con una persona con Alzheimer




Somos seres sociales. Está en nuestra naturaleza relacionarnos con los demás. Es parte del proceso adaptativo de cualquier persona en su entorno y en la sociedad. Nos ayuda a nuestra salud mental y a nuestra calidad de vida.

En cualquier proceso básico de socialización está la comunicación. Necesitamos comunicarnos para sobrevivir: socializar, comprender a los demás, que nos comprendan, pedir ayuda o poderla dar, etc.

Es más, podríamos argumentar que es imposible no comunicarse. Nos comunicamos constantemente con todo el mundo, ya sea de una forma verbal o no verbal. Transmitimos mensajes mediante todo lo que decimos, la forma de decirlo, nuestros gestos y expresiones, lo que hacemos, e incluso lo que no hacemos.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que el hecho de que estemos lanzando mensajes constantemente no significa que el mensaje que le llegue a la otra persona es el que queríamos transmitir, y no necesariamente recibimos a cambio tampoco lo que esperábamos.

Comunicarse puede ser ya de por sí una tarea complicada en muchas ocasiones, por lo que si le añadimos factores como el Alzheimer u otras demencias a la ecuación, podemos acabar por sentirnos perdidos acerca de cómo comunicarnos adecuadamente con la persona mayor.

Procederemos entonces a dar algunas pistas y pautas que puedan ayudaros para que esta tarea facilite el día a día y los cuidados de la persona mayor, en lugar de entorpecerlos.


Cómo comunicarnos con una persona con Alzheimer: Pautas acerca de la comunicación verbal

Las palabras que usamos para comunicarnos con una persona con alzheimer son importantes, así como la manera en la que las expresamos, e incluso el mero hecho de expresarlas.

En primer lugar, es importante que la persona sienta que la estamos teniendo en cuenta, que le hablamos y le incluimos en la conversación. Para ello, hemos de preguntarle y pedirle su opinión en aquellos temas que le conciernen. Si el deterioro es mayor, podemos ofrecerle un par de opciones, o incluso pedirle su opinión acerca de una única opción. Por su puesto, si logramos que exprese de algún modo su opinión, siempre hemos de tenerla en cuenta.

Al mismo tiempo, hemos de evitar el uso de imperativos, para tratar de lograr que o se produzca rechazo, sintiendo que les estás mandando en exceso. El sentido del humor es siempre una gran herramienta para transmitir un mensaje de forma efectiva y resultar menos agresivo.

Cuando existan dificultades añadidas para la conversación, habremos de tenerlas en cuenta. Si la persona tiene delirios o falta de coherencia, nunca deberemos discutir con ellos. Por el contrario, no temas distraer y cambiar el tema de conversación si es necesario.

También en muchas ocasiones pueden tener dificultades de habla o de comprensión. En ese caso, dales el tiempo necesario, no tengas prisa y deja que ellos mismos encuentren la palabra. Repite tú el mensaje, tanto para asegurarte su comprensión como para corroborar si tú lo has comprendido. De ser necesario, apóyate visualmente o con gestos para esclarecer el mensaje.

Ante dificultades del habla, una buena idea es potenciar el lenguaje automático, es decir, facilitar que hablen sin pensarlo demasiado previamente. Para ello, siempre es bueno apoyarte en poemas y canciones, o pidiéndole que recite cosas que conoce bien, como refranes, días de la semana, números del uno al diez, etc.

Pautas acerca del lenguaje no verbal

En primer lugar es necesario tener en cuenta que aunque los analicemos por separado, ambos van siempre juntos, y es primordial que no se contradigan. El lenguaje verbal y el no verbal deben coincidir.

También debemos tener en cuenta aquello que estamos expresando mientras hablamos, tanto a nivel consciente como inconsciente. Está demostrado que una persona con Alzheimer en muchas ocasiones responde antes a los sentimientos y al estado de ánimo de aquellos con los que hablan que a las palabras en sí.

Por ello, siempre será positivo transmitir seguridad. Para hacerlo podemos en primer lugar evitar los gestos de preocupación, hablando sencillo, con suavidad y cariño.

Apoyarnos con gestos es siempre una buena idea, aunque tampoco deberíamos gesticular en exceso o de forma brusca. Gesticular para apoyar lo que decimos, y hacerlo de una forma progresiva, podría ayudarnos a dar un énfasis a lo que transmitimos.

Mientras hacemos todo esto, es necesario darnos cuenta de que la persona necesita sentir que la estamos mirando, la estamos viendo y la estamos entendiendo y atendiendo. Para ello, ponte a su misma altura y mírale de frente y directamente a los ojos.

El contacto físico bien hecho puede ser también nuestro aliado, con un pequeño toque o gesto con la otra persona antes de hablarle, aunque si no tenemos cuidado podemos provocar una mayor incomodidad en la otra persona. Tengamos en cuenta que cada uno somos distintos, y no todos nos sentimos cómodos con el mismo nivel de contacto físico.

Algunos necesitamos contacto para sentir cariño, y otros necesitamos un mayor espacio personal. Conocer cómo es la persona de antemano puede ser de gran ayuda. Si no sabemos siempre le podemos preguntar. En situaciones en las que no podamos comunicarnos con tanta facilidad será esencial estar atentos a las reacciones y expresiones faciales de la otra persona si iniciamos algún contacto, siempre de forma suave y cuidadosa.




Pautas generales para comunicarnos con una persona con alzheimer

Habiendo tenido todo lo anterior en cuenta, habrá una serie de pautas e ideas generales que también nos podrán ayudar.

En primer lugar, como hemos mencionado, no todos tienen la misma facilidad para comunicarse, ya sea porque no nos entienden bien o porque tienen alguna clase de disfasia. Será necesario que tengamos en cuenta que fingir que hemos comprendido un mensaje si no lo hemos hecho puede llevar a sentimientos de frustración y desesperación para ambas partes.

También deberemos evitar dar información falsa o hacer promesas que no se puedan cumplir, ya que aumenta la desconfianza y el malestar en el otro.
Será importante conocer aquello que es importante para la persona mayor, y respetarlo en todo momento: costumbres, creencias, evitar hablar de ellos delante de otros, sinceridad, claridad, educación, hablar en un tono bajo, etc.).

A la hora de buscar temas de conversación con la otra persona, busquemos siempre entre temas de actualidad, que le ayuden a estar informado y orientado, o entre temas que sean importantes para él o ella.

Si somos varios en la conversación, evitemos hablar todos a la vez y las conversaciones rápidas, que pueden resultar confusas.

Cuando la comunicación verbal sea complicada, podremos usar otras formas para interactuar con ellos. Recuerda: todo es comunicación. Si hablar resulta complicado, el juego es siempre un aliado para relacionarnos con la otra persona.

Si necesitamos transmitir alguna instrucción y no podemos hacernos entender con palabras, usemos los gestos. La imitación es una de las formas principales de aprendizaje, tanto en niños como en adultos.

Y por supuesto, en todo momento, escucha a la persona, reconoce sus sentimientos y valida sus emociones. Trasmíteles el cariño que sientes.









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