Son numerosos los prejuicios y las ideas erróneas que aún hay entorno a la vejez. Uno de los más extendidos, sin duda, es el de que según una persona va envejeciendo su capacidad de aprendizaje va disminuyendo.

Sin embargo, numerosos estudios demuestran que eso no es cierto. Sí hay que tener en cuenta, en cambio, aquellos factores ajenos a la capacidad de aprendizaje que pueden influir en el que una persona mayor pueda adquirir nuevas habilidades, como son la capacidad de atención o la disminución de los sentidos. No ver bien o no estar lo suficientemente motivado para aprender algo sin duda afecta al resultado que se puede obtener.

Sin embargo, en pleno siglo XXI, tenemos una gran herramienta a nuestro favor para poder poner remedio: las Tecnologías de la Información y la Comunicación, las nuevas tecnologías (TIC).

Descubre en este artículo los beneficios del uso de tecnologías de la información y la comunicación en personas mayores.

Beneficios del uso de tecnologías de la información y la comunicación en personas mayores

Son numerosos los beneficios que podemos encontrar si conseguimos implantar el uso de TICs en personas mayores. Entre ellos, encontramos los siguientes:

  • Permiten mantener la independencia y el control sobre sus vidas. Las TIC ayudar a promover la autonomía de las personas mayores, facilitándoles la realización de tareas, por ejemplo mediante alarmas para recordar la medicación. Esto a su vez ayuda a mejorar la autoestima y el autoconcepto de las personas mayores.
  • Proporcionan niveles adecuados de monitorización de personas en riesgo sin violar su privacidad, por ejemplo mediante aplicaciones que permiten una localización GPS de la persona, con la posibilidad de avisar si es necesario a un familiar o incluso al médico en caso de necesidad, lo cual permite que las personas puedan salir a dar un paseo con mayor autonomía sin preocupar en exceso a sus familiares y cuidadores.
  • Permiten mantener a la gente intelectual y físicamente activa. Son numerosas las aplicaciones existentes para poder hacer ejercicio físico y cognitivo, pero hay muchas más posibilidades: la imaginación es el límite. Se puede poner música para fomentar que bailen canciones que les gusten, buscar rutas interesantes para pasear por la zona, buscar información de su interés, facilitar el recuerdo mediante la búsqueda de información acerca de su época, etc.
  • Proporcionan métodos de comunicación para reducir la soledad. Es importante entender la necesidad de las personas mayores de relacionarse con otros. Las TIC les ayudan a mantener con mayor facilidad relaciones sociales, ya sea mediante aplicaciones de mensajería como WhatsApp, que además de permitir mensajes de texto tiene audios e imágenes, como a través de otras aplicaciones que permiten jugar con otras personas de nuestro entorno.
  • Ofrecen la oportunidad de participar en el mundo, mediante aplicaciones que facilitan su interacción con aquello que les rodea. Algunos ejemplos son plataformas para personas con dificultades de visión (permitiendo decir por voz lo que necesitas en lugar de escribirlo, aumentando el tamaño de la letra, aplicaciones de lupas, etc.) o audición (leyendo en voz alta la información), así como otras aplicaciones para la vida diaria, permitiéndoles participar en diferentes actividades de su comunidad, pedir comida a domicilio, etc.
  • Las TIC sirven para romper el hielo. Suponen por ejemplo una ayuda para la persona encargada de los cuidados de las personas mayores. Ofrecen posibilidades de ocio y búsqueda de actividades y conversaciones significativas entre ambos, mejorando la relación mutua. También, permitiendo una mayor autonomía a la persona, ayudan a la sobrecarga del cuidador habitual, permitiendo una reducción de su responsabilidad sin aumentar los riesgos asociados.
Tecnologías de la Información y la Comunicación en personas mayores

Cómo facilitar a los mayores la aceptación de las TIC

Sabiendo todo eso, habrá muchas personas que se planteen si realmente sus padres, abuelos, etc. podrán acceder a aprender a usar las nuevas tecnologías. Habiendo dejado claro que su capacidad para aprender a usarlas se puede mantener, habrá que tener en cuenta los factores que pueden facilitar o dificultar su aprendizaje y su aceptación de la tecnología.

Son varios los factores que pueden influir:

  • Utilidad percibida: un factor de extrema importancia es la utilidad que la persona mayor pueda percibir en el uso de la tecnología. Es importante que podamos transmitirles los beneficios que pueden tener la ventaja que puede suponer para ellos. En la medida en la que podamos relacionar dicha ventaja con objetivos que ellos tengan en su vida diaria, mayor será la posibilidad de éxito. Por ejemplo, si quieren leer pero ya no pueden hacerlo por no poder leer bien la letra, podemos explicarles que hay libros electrónicos, con los que pueden poner la letra del tamaño que necesiten.
  • Esfuerzo anticipado: será importante tener en cuenta el esfuerzo que sienten que tendrán que hacer para aprender a usar la tecnología. En la medida en la que lo perciban como algo complicado y que sientan que no van a ser capaces de hacerlo, las posibilidades de que lo intenten se verán drásticamente disminuidas. Por ello, comencemos por tareas sencillas y fáciles para ellos, explicándoles las cosas con paciencia y las veces que sea necesario. Del mismo modo, siempre que sea posible, será útil relacionarlo con aquello que ya conozcan de antemano.
  • Influencia social: el reforzamiento positivo es una útil técnica para fomentar su uso. Consiste en consolidar el uso de la tecnología fomentando que lo asocien a algo que les gusta. La validación social y familiar es uno de los modos más útiles al respecto. Por ejemplo, podemos recordarle alguno de sus amigos que ya lo hagan, o expresarles lo contentos que nos pone que lo hagan. Una forma también puede ser enseñarles a hacer una videollamada para que puedan comunicarse con sus nietos.
  • Entorno facilitador: como en todo, aprender a usar la tecnología es un proceso, y por lo tanto conlleva tiempo y esfuerzo. Además, puede haber fallos y dudas, tanto por parte de las personas mayores como por fallos de la propia tecnología. Un entorno facilitador será clave en esos momentos para evitar el abandono. Si hay errores, necesitarán que alguien les ayude a solucionarlos. Si no saben, necesitarán paciencia para enseñarles las veces necesarias. Eso fomentará que se sientan capaces y apoyados para hacerlo.

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