Problemas de circulación en personas mayores

Problemas de circulación en ancianos

Los malos hábitos, sumados a los problemas de movilidad, pueden hacer que una persona mayor tenga problemas de circulación. Es uno de los problemas más comunes entre la población mayor. Sin embargo, es un problema que se puede tratar, mejorar y prevenir.

Ocurre cuando el corazón, debido a esos malos hábitos, tiene mayores dificultades para bombear sangre a determinadas partes del cuerpo.

Veamos cuáles son los principales síntomas de los problemas de circulación en las personas mayores, sus causas y cómo mejorar la circulación.

Síntomas de los problemas de circulación en las personas mayores

Son varios los problemas que pueden causar que una persona mayor tenga problemas de circulación. Puede darse por diabetes, presión arterial alta, etc. En esos casos, la persona puede ya ser consciente de su problema. Sin embargo, hay personas que pueden no saber que tienen mala circulación.

Veamos los principales síntomas, de cara a poder identificarlo fácilmente y tomar las medidas oportunas:

  • Sensación de frío en las extremidades: Afectará a los dedos de manos y pies, así como a las piernas.
  • Entumecimiento en las extremidades: la persona puede tener en piernas y manos sensación de hinchazón, pesadez u hormigueo.
  • Aumento de la sensación de cansancio general: la persona tendrá una sensación de agotamiento que no parece tener una causa justificada.
  • Calambres musculares: un suministro inadecuado de sangre a los músculos puede producir dolores similares a los calambres en los mismos.
  • Cambios en la piel: la piel puede volverse algo azulada, sobre todo en piernas y pies. También pueden salir pequeñas manchas. Esto se debe a la falta de oxigenación adecuada en la zona.
  • Varices en las piernas: al no circular la sangre adecuadamente, ésta se puede acumular en las venas, que se abultan a consecuencia de ello. Esto se da con mayor frecuencia en personas que permanecen mucho en la misma posición.
  • Estreñimiento: una presión sanguínea insuficiente afectará a la digestión, por lo que la persona podrá tener mayores dificultades para la evacuación de los alimentos.
  • Falta de apetito: la persona comenzará a tener menos ganas de comer. Esto además puede sumarse a mareos o un aumento en las sensaciones de desvanecimiento.
  • Inflamación en las extremidades: la persona notará piernas, pies y manos hinchadas y abultadas.

También puede afectar al sistema inmune, haciendo que la persona sea más proclive a sufrir otras enfermedades. Además, puede afectar al cerebro, por lo que la persona puede notar pérdidas de memoria, problemas en la visión, en la locuacidad al hablar, caídas repentinas, etc.

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Causas de los problemas de circulación en personas mayores

Una vez hemos comprendido que tenemos problemas de circulación, para entender mejor la situación, veamos qué ha podido causarlo:

  • Determinadas enfermedades como diabetes o hipertensión. La diabetes hace que los vasos sanguíneos se vuelvan duros y estrechos. La hipertensión hace que el corazón trabaje de más, y empeore la circulación. Por esa razón, otras enfermedades cardiacas también pueden afectar.
  • Hábitos poco saludables: comer mal y no hacer ejercicio empeora la circulación de la sangre. La obesidad y el exceso de grasas provoca que el corazón tenga que trabajar más para poder bombear la sangre. La falta de ejercicio o fumar también pueden disminuir la circulación sanguínea.
  • Temperatura: las altas temperaturas siempre causan una mayor hinchazón en las extremidades y una peor circulación.
  • Falta de movimiento: esto incluye permanecer largos periodos de tiempo en la misma postura. Permanecer mucho tiempo de pie también empeora considerablemente la circulación.

Consejos y medidas para mejorar la circulación de la sangre en personas mayores

Ya sabemos qué puede hacer que comencemos a tener problemas en la circulación de la sangre. Veamos qué se puede hacer, tanto para prevenir este problema como para mejorar nuestra condición si lo tenemos:

  • Realiza ejercicio de forma regular: no es necesario ir a un gimnasio ni cansarse en exceso, de hecho. Basta con dar un paseo todos los días. También puedes hacer estiramientos en la comodidad de casa o nadar en la piscina. No es bueno ni el sedentarismo ni forzarse en exceso. Muévete, pero no pases largos periodos de tiempo de pie
  • Cuida tu alimentación: alimentos como el jengibre, el limón, las nueves, las pipas o la cebolla mejoran la circulación. También es importante mantenerse bien hidratado. Come sano y equilibrado, y evita el sobrepeso.
  • Hábitos de vida saludable: evita el alcohol y el tabaco. Evita el estrés. Prueba a meditar, mejora tus actividades de ocio, socializa, etc.
  • Mantén tus piernas en alto. Quizá el consejo más conocido, pero probablemente el mas útil. Facilitará que la sangre pueda llegar a las piernas y los pies. También hacer masajes de forma ascendente puede ser de utilidad.
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