Las personas mayores anticoaguladas

Las personas mayores con anticoagulantes

Las personas mayores anticoaguladas pueden padecer más riesgos y más problemas, potencialmente. Esto se debe tanto a las propias consecuencias de su condición como al propio tratamiento.

Para entender cómo afecta a una persona mayor estar bajo tratamiento de anticoagulantes y qué es importante tener en cuenta, primero será necesario entender qué significa ser anticoagulado.

Que son las personas mayores anticoaguladas

En primer lugar, tenemos que entender que hay muchas personas mayores que pueden sufrir a menudo de trombosis. Una trombosis es la formación de trombos o coágulos que se forman en el interior de los vasos sanguíneos. Esto dificulta por lo tanto la correcta circulación de la sangre.

Por ello, a una persona que sufre de trombosis, para prevenir la misma, le recetarán medicamentos anticoagulantes, que como su propio nombre indica retrasa la coagulación de la sangre.

Las personas mayores anticoaguladas son más vulnerables a emergencias médicas o incluso intervenciones quirúrgicas. Por ello, es importante que se encuentren debidamente identificadas. Para ello, existen métodos de identificación como tarjetas que te identifican como paciente anticoagulado.

Riesgos de los fármacos anticoagulantes

Los medicamentos anticoagulantes son necesarios ante determinadas enfermedades, como enfermedades cerebrovasculares, síndrome coronario agudo, ictus, etc.

Sin embargo, esto no significa que no tenga riesgos o efectos secundarios. Esto se vuelve especialmente cierto cuando la persona toma otros medicamentos, ya que unos pueden causar una serie de interferencias con los otros.

Si bien puede parecer algo obvio, es especialmente relevante en personas mayores, que frecuentemente se encuentras polimedicadas. Cuantos más medicamentos tomen, más riesgos hay de interferencias.

En caso de que la persona mayor tome medicamentos como antibióticos, ciertos antinflamatorios, corticoides, medicamentos para la hipertensión o para el colesterol, etc., los anticoagulantes pueden potenciar su acción.

Ocurre del revés con otros medicamentos como antiácidos, laxantes, antiepilépticos, diuréticos, etc.

Por ese motivo, y para evitar entre otras cosas que la persona mayor sufra alguna clase de intoxicación, es especialmente importante tener unas visitas regulares con el médico de cabecera, que tiene que mantener un control riguroso de la medicación de la persona mayor anticoagulada. También será de vital importancia la adherencia al tratamiento de la persona, así como que no tome ningún medicamento que no le haya sido prescrito.

Las personas mayores anticoaguladas tendrán por lo tanto ciertos riesgos que otras personas pueden no tener. Veamos los principales peligros:

  • Mayor riesgo de sangrado, ya que la medicación retrasa la coagulación de la sangre.
  • Mayor riesgo ante caídas, ya que el traumatismo puede provocar hemorragias graves.
  • Mayor posibilidad de sangrados digestivos o problemas urológicos en caso de personas con patologías del aparato digestivo.
  • Necesidad de preparación en caso de ciertas intervenciones (desde intervenciones quirúrgicas hasta ciertas intervenciones dentales).

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Principales consejos para las personas mayores anticoaguladas

Entendiendo la situación y los peligros que pueden existir, veamos cuales son las principales pautas que pueden ayudar a estas personas y reducir el riesgo de que puedan tener complicaciones peligrosas para su salud:

  • Sigue las pautas de tu médico de cabecera. Nunca tomes nada que no te haya pautado (aunque sean medicamentos de herbolario), ni dejes de tomar algo que te haya indicado. De la misma forma, no aumentes ni disminuyas la dosis por tu cuenta si consultarlo previamente. Si es necesario, para evitar que se te olvide, puedes anotar siempre que te la tomes, tacharlo en el calendario, ponerte alarmas, etc. y acuérdate siempre de tener alguna caja de más para no quedarte sin ello hasta que podáis acudir a la farmacia.
  • Avisa al médico en caso de síntomas de alarma como presencia de sangrado en nariz o heces, en la orina, etc., dolor de cabeza, dificultad de habla, problemas de visión, diarrea, vómito, pérdidas de apetito, etc. Es decir, si ves que aparece un síntoma repentino, házselo saber al doctor.
  • Evita medicamentos que favorezcan el sangrado, como la aspirina. Hay otros fármacos como el paracetamol que pueden ser más idóneos para tratar el dolor.
  • Identifícate como paciente anticoagulado. En caso de que necesites alguna intervención quirúrgica, médica o dental, o en caso de que hayas sufrido un traumatismo, herida etc., recuerda avisar al profesional sanitario de que la persona mayor es anticoagulada.
  • Cuida tu dieta y evita cambios bruscos en la misma. Sigue una dieta sana y equilibrada, y evita el consumo de alcohol. Del mismo modo, avisa al doctor de cambios bruscos de tu estilo de vida y de posibles adelgazamientos o en caso de que la persona engorde.

Como todos los problemas de salud, es importante cuidarse y seguir las pautas sanitarias pertinentes para tener mejor calidad de vida y menos riesgos de complicaciones. Cuídate y cuida a los tuyos, y apóyate en los profesionales y recursos necesarios para ello.

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