Las funciones ejecutivas en las personas mayores

Funciones ejecutivas en personas de las tercera edad

Las funciones ejecutivas son una de las áreas a las que debemos prestar atención cuando se trata de personas mayores.

A menudo, la memoria y las diferentes capacidades cognitivas se ven afectadas dependiendo de la edad, la presencia de alguna clase de deterioro, etc.

Es fácil quedarse tan solo con la forma en la que la memoria a corto plazo o a largo plazo se ven afectadas. Vemos si una persona recuerda una cosa, o si tiene despistes y confusiones. Nos es fácil de identificar si está orientada en el espacio y en el tiempo…

En cambio, puede ser común que otras capacidades más “complejas” se vean afectadas.

Veamos qué son las funciones ejecutivas y cómo podemos trabajarlas en las personas mayores.

Entendiendo su significado e implicaciones

Comencemos por comprender qué son las funciones ejecutivas. Son aquellas capacidades que permiten planificar, organizar y regular nuestras habilidades y nuestra conducta para alcanzar una determinada meta.

Esto que suena tan complejo en realidad es muy básico, y lo usamos a diario. Cuando hacemos la lista de la compra para ir al supermercado, cuando hacemos un plato para comer, si organizamos una actividad para el fin de semana, etc.

Poder usar nuestras funciones ejecutivas nos permite al mismo tiempo muchas otras cosas en el día a día: tomar decisiones, organizar y planear actividades, resolver problemas que puedan surgirnos…

Tipos de funciones ejecutivas

Entendido qué son y para qué sirven las funciones ejecutivas veamos qué procesos concretos intervienen para poderlas usar:

  • Planificación y organización. Esto permite establecer objetivos y definir las acciones necesarias para conseguirlos. Es imprescindible para una adecuada toma de decisiones. Implica establecer los diferentes pasos a seguir para hacer algo, y puede resultar algo difícil si la persona mayor tiene alguna enfermedad como Alzheimer u otros tipos de deterioros. Por ello, quizá necesitaremos ayudarles. Una forma de hacerlo es irles indicando el siguiente paso a realizar cuando queremos que haga algo. Cuanto mayor sea el deterioro, más sencillas y claras tienen que ser las pautas que les demos. Esto permitirá que sigan pudiendo hacer ellos mismos las tareas, evitando una mayor pérdida de autonomía.
  • Fluidez verbal. Es la capacidad de generar conocimiento y entendimiento nuevo a partir de la información previa.
  • Flexibilidad cognitiva. Es aquella capacidad mental que nos permite adaptar nuestro comportamiento y pensamiento en función de las necesidades del entorno. A menudo pueden surgir cambios, problemas, etc. Cuando eso ocurre, es necesario adaptar nuestro plan previo a las nuevas circunstancias. Puede haber muchas personas mayores con cierto grado de deterioro que sepan planificar su conducta sin mayores dificultades. Sin embargo, quizá podrían mostrar dificultad para identificar la mejor forma de solucionar un problema. Requiere además ser capaz de anticipar en muchas ocasiones las posibles consecuencias de nuestras acciones.
  • Memoria de trabajo. es el almacén de los datos de forma temporal, e implica el procesamiento de estos.
  • Atención. Implica tanto el ser capaz de mantenerla (atención sostenida), como cambiar su foco de una cosa a otra (atención dividida).

Cómo trabajar las funciones ejecutivas en personas mayores.

Teniendo un mejor entendimiento de qué implica poder tener unas buenas funciones ejecutivas, podremos hacernos una idea de cómo trabajarlas. Veamos a continuación cómo podemos trabajar con la persona mayor para mejorar las funciones ejecutivas.

  • Lo primero de todo, es generar una adecuada consciencia personal. Entender tanto nuestras capacidades como nuestras dificultades puede facilitar que tomemos las medidas correctas para cada situación. Por ejemplo, si tenemos problemas de atención, focalizarnos en tareas sencillas y evitar distracciones será básico para poder hacer lo que deseamos. Explicarle adecuadamente la situación, por lo tanto, será imprescindible.
  • Trabajar y ayudar a la persona mayor a tener una adecuada gestión del tiempo. No sólo es importante saber qué hacer, si no cuánto tiempo podemos requerir para hacerlo. También qué hacer antes de qué, y organizar nuestra agenda al respecto. Cuando una persona mayor tenga dificultades en éste área, podremos ayudarle haciéndole preguntas al respecto, y recordándole los planes. Nuestra ayuda al respecto, por su puesto, se tendrá que adaptar a sus necesidades. Por ejemplo, podemos preguntarle cuanto puede tardar en hacer la maleta si quiere irse el fin de semana al pueblo. También podemos indicarle que previamente, necesitará apuntarse lo que necesita meter dentro, etc.
  • Organizar el espacio y los recursos necesarios. Para ello, habremos de ayudarle a entender qué necesita para hacer lo que planifica hacer: qué recursos necesita, dónde situarse para hacerlo, etc. Por ejemplo, si está haciendo la maleta necesita la propia maleta, la ropa, calzado, etc., y espacio suficiente para ponerlo todo. Podemos dirigirle mediante preguntas para que trabaje en ello: “¿qué necesitas para hacer la maleta, mamá?” ”¿Dónde te pongo la maleta?” “¿Dónde tienes tu ropa?”
  • Trabajar las funciones cognitivas, como atención, memoria, etc. Esto puede implicar desde fichas para ello hasta conversaciones en las que preguntemos por familiares o acontecimientos pasados, etc. Trabajar la orientación espacio temporal también será importante para ello: indícale dónde está, qué tiene que hacer, permite que recuerde por sí mismo siempre que sea posible. En esta entrada, te explicamos más en profundidad cómo afrontar la estimulación cognitiva enfocada en enfermedades como el Alzheimer.
  • Realizar las actividades de la vida diaria (AVD). Hacer las diferentes actividades que hay que hacer con el mayor grado de autonomía posible. Ayudarle y asistirle en todo lo necesario y hacer por él tan solo lo que sea imprescindible y que no pueda hacer solo. Cuanto más hacemos una cosa, más fácil nos será hacerlo. Al fin y al cabo, incluso para limpiar tenemos que recoger primero, y coger aquello que necesitemos para hacerlo: mopa, plumero, etc.
Cómo trabajar las funciones ejecutivas en personas de la tercera edad

Cuanto más tengamos claro de cualquier manera lo que la persona mayor necesita hacer, más fácil será irle indicando qué tareas tiene que planificar u hacer, e irle guiando en aquello que necesite.

Las funciones ejecutivas son complejas para una persona mayor, pero con ayuda, es mucho lo que puede continuar haciendo.

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