La fisioterapia en personas mayores

la fisioterapia en ancianos

La fisioterapia es de gran utilidad para las personas mayores. Cuidar nuestro cuerpo según envejecemos puede llegar a ser imprescindible. Para mantenernos en forma y evitar lesiones realizar actividades físicas adecuadas puede ser muy importante. Sin embargo, la fisioterapia es en esto un gran aliado.

En qué consiste la terapia física geriátrica

La fisioterapia es, como su propio nombre indica, una terapia física. Tiene como objetivo el tratamiento y la rehabilitación. Muchas personas piensan que su objetivo principal es la rehabilitación de enfermedades. Sin embargo, la realidad es que sirve también para la prevención de las mismas.

Por supuesto, también sirve de ayuda en el tratamiento de enfermedades. Entre ellas, podríamos encontrar la artrosis y la artritis, párkinson, demencias y Alzheimer, incontinencias urinarias, etc.

Realizada correctamente, la fisioterapia podrá ayudarte a mantener un estado físico óptimo. Esto se aplica tanto si te encuentras sano como si tienes alguna lesión que te lo impida.

En el mercado, existen diferentes formas de acceder a la fisioterapia para las personas mayores. Desde centros, hasta terapia a domicilio pasando por la ofrecida en los propios centros de día.

Durante las sesiones, los fisioterapeutas comenzarán realizando habitualmente una valoración para establecer la “línea base”. A partir de ella, establecerán el plan de tratamiento que se ajuste para mejorar la funcionalidad y la autonomía.

Beneficios de la fisioterapia

Entendiendo qué es la fisioterapia y en qué consiste, comprenderemos su utilidad. A pesar de ello, las personas mayores pueden mostrarse reticentes. En numerosas ocasiones, afirmarán que no lo necesitan.

Quizá no comprendan también lo que les puede ofrecer o los beneficios que la fisioterapia puede tener en personas mayores. La realidad, en cambio, es que la fisioterapia se encarga de aportar su granito de arena en la calidad de vida. Al envejecer, tenemos que cuidar tanto nuestra mente como nuestro cuerpo. A menudo, además, ambos están interconectados: uno no puede estar bien sin el otro.

Veamos algunas de las ventajas que puede suponer ir al fisioterapeuta:

  • Disminuir el dolor que se siente. Muchas enfermedades, como la osteoporosis o la artrosis, pueden producir dolor. La fisioterapia puede ayudar a disminuirlo.
  • Mejora el equilibrio e incluso ayuda a reeducar la marcha. Esto permitirá una mejor movilidad y autonomía. Permitirá a la persona mayor una mayor facilidad para andar o moverse.
  • Mejora las articulaciones, tanto en funcionalidad como en sensibilidad.
  • Mejora la fuerza muscular que en muchas ocasiones se pierde. En muchas ocasiones, las dificultades para andar hacer que se pierda fuerza muscular. Con la fisioterapia, se podrá ayudar a recuperar la misma, siendo más flexibles en el proceso.
  • Reduce el riesgo de patologías como la osteoporosis u otras enfermedades, aliviando las molestias crónicas. También puede ayudar a prevenir los accidentes cardiovasculares y los problemas circulatorios.
  • Disminuye la sensación de cansancio. Esto es posible a través también de ejercicios respiratorios.
  • Mejoras a nivel anímico: estar en un estado físico óptimo, ayuda a sentirse mejor. puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad e incluso mejorar la calidad del sueño. También mejora la autonomía y la capacidad de colaboración en las actividades de la vida diaria. Con ello, puede mejorar la autoestima.
  • Mejoras a nivel cognitivo. La fisioterapia trabaja a través de múltiples formatos y estrategias. Hay terapia individual y el grupo. Trabaja la coordinación o incluso la concentración.

Funciones principales

La fisioterapia tiene principalmente tres funciones: la prevención, el diagnóstico y la rehabilitación.

  • Prevención: como hemos mencionado, la fisioterapia no solo trata las enfermedades o lesiones, si no que ayuda a prevenirlas. Para ello, aumenta la fuerza muscular y ayuda a mejorar el equilibrio. También aumenta la agilidad y la flexibilidad articular. Con todo ello, ayudará a prevenir caídas. También permitirá estar más fuertes para evitar lesiones o que las mismas tengan consecuencias más leves o pasajeras.
  • Diagnóstico: antes de actuar, siempre es importante saber con qué se está lidiando. No todas las lesiones o enfermedades se podrán tratar mediante fisioterapia. En muchas ocasiones será necesaria la intervención de un especialista. Además, según el origen de la dolencia (lesión, sedentarismo, etc.), la forma de tratarlo y las recomendaciones serán distintas.
  • Rehabilitación: aunque lo ideal siempre es la prevención, en muchas ocasiones es necesario tratar dolencias ya existentes. En esas ocasiones el objetivo siempre será reducir el dolor o la molestia. Se pretenderá la máxima autonomía y adaptación de la persona en la vida diaria, y la máxima recuperación posible.

No hay que perder de vista, en cambio, que en todos los casos es la terapia la que se adaptará a la persona. Así pues, será una buena idea mantener una buena comunicación en todo momento. Explica lo que sientes, lo que quieres, tus objetivos, etc. Si te da miedo que te puedan hacer daño, no temas decir que bajen el ritmo. Y, por supuesto, consulta siempre que sea necesario al médico.

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