La alimentación como forma de prevenir la demencia

la alimentación como forma de prevenir la demencia en personas mayores

La alimentación como forma de prevenir la demencia es una fórmula que todavía está en estudio. Esto, unido a llevar una vida sana, puede ayudarte a evitar problemas en el futuro.

Esto es porque en la actualidad, no hay cura para las demencias. Siendo el Alzheimer una de las más destacadas y conocidas, no existe forma de sanarse por completo. De hecho, los tratamientos actuales se basan en la paliación de los síntomas.

Las fórmulas más completas intentan mezclar medicación y terapias cognitivas para retrasar el avance de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de la persona.

Sin embargo, comienzan a haber estudios que tratan de mejorar las posibilidades a nivel preventivo. ¿Hay algo que podamos hacer para evitar desarrollar una demencia?

La alimentación como forma de prevenir la demencia

Llevar una dieta equilibrada podría estar relacionado con la prevención de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer. Esto es porque el tejido cerebral es sensible a posibles daños producidos por niveles excesivamente bajos de antioxidantes y endógenos, propios de la dieta mediterránea.

Una dieta equilibrada parece que podría causar efectos protectores en áreas del cerebro  como el área temporal o el parietal.

Actualmente se está estudiando el efecto que puede llegar a tener la dieta mediterránea y unos niveles adecuados de vitamina D.

La dieta mediterránea es reconocida a nivel mundial por ser una de las dietas más saludables que se conocen. Es una dieta baja en grasas saturadas y monoinsaturadas. Además, tiene una buena proporción de ácidos omega 6 y omega 3, fibra, carbohidratos complejos, es rica en antioxidantes…

Los estudios más recientes apuntan a una posible relación entre ésta dieta y una mejor puntuación en test que miden la función cognitiva en personas mayores.

Es posible que entre las razones de esto se encuentren los antioxidantes propios de alimentos como futas y verduras, así como los ácidos grasos y los micronutrientes, como la vitamina D, presentes en la dieta mediterránea. Todo esto podría estar actuando de factor protector.

La vitamina D, concretamente, está relacionada con la demencia y el deterioro, quizá debido a alteraciones en la estructura cerebral. De hecho, la vitamina D es un factor fundamental reconocido en múltiples enfermedades y patologías. El cuerpo capta la vitamina D gracias a receptores presentes en los distintos tejidos y células del cuerpo.

Consejos para mejorar la alimentación

Ya sabemos qué es bueno para nosotros, y qué nos podría beneficiar. Incluso tenemos una idea de por qué. Veamos ahora cómo lo podemos poner en práctica. Y es que si entendemos la alimentación como forma de prevenir la demencia, debemos saber qué ideas podemos poner en práctica:

  • Tomar alimentos ricos en vitamina D como el pescado azul o los huevos son beneficiosos para nosotros. A pesar de ello, ten precaución, ya que a menudo la alimentación no basta para que nuestro organismo sintetice la suficiente.
  • La exposición a la luz solar también es imprescindible: no todo es alimentación, al fin y al cabo. Sin embargo, exposiciones demasiado prolongadas a la luz solar no son buenas. Esto es porque aumenta el riesgo de cáncer en casos extremos.
  • Por los motivos ya mencionados, quizá muchas personas podrían beneficiarse de tomar Vitamina D mediante otros métodos, como la toma de suplementos En estos casos lo mejor es consultar con tu médico de cabecera, que te recomendará lo más apto para ti.
  • Es necesario tomar los suficientes alimentos que sean ricos en antioxidantes. Son muchos entre los que podemos elegir: brócoli, arándanos, zanahoria, pistachos, canela, cacao, salmón, aguacate, tomate…
  • Es beneficioso sustituir los granos refinados por granos integrales. Así, podemos ir sustituyendo progresivamente alimentos como el arroz, el pan o la pasta por otra de trigo integral.
  • No abuses del consumo de carne. Una dieta sana es equilibrada, no es adecuado abusar de ningún alimento. En la cultura occidental, es frecuente tomar más carne de la que realmente necesitamos.
  • Por supuesto, no podemos hablar de la dieta mediterránea y olvidarnos del aceite de oliva. Otros aceites, como el de coco o el de palma, a pesar de ser aceites vegetales, son ricos en grasas saturadas.

Tenemos que recordar que nada supone una solución definitiva. A pesar de ello, cuanto más nos cuidemos en todas las áreas mejor será nuestro estado de salud. Esto no solo afecta a la salud física.

Aunque no seamos conscientes de ello, una buena alimentación, la realización de ejercicio, mantener relaciones sociales adecuadas, etc., repercutirá en nuestra salud física, emocional y cognitiva. Continuar mejorando cada área nos  ayudará a tener una mejor calidad de vida ahora y en el futuro.

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