Cuando las personas mayores desarrollas algún tipo de demencia, como el Alzheimer, a menudo muestran dificultades comunicativas. Estas pueden incluir la capacidad del lenguaje escrito, produciéndose dificultades de lectura y de escritura.
Según avanza la enfermedad, así avanzan también las dificultades que la persona con Alzheimer puede mostrar.
A continuación, veremos las diferentes dificultades que puede presentar una persona con Alzheimer según el grado de la enfermedad. Trataremos de evaluar también los beneficios de escribir a mano para personas con Alzheimer.
Índice
Dificultades en la escritura en la enfermedad de Alzheimer
En las primeras fases de la enfermedad, los errores más comunes que podemos encontrar son principalmente ortográficos. Habitualmente las personas mayores con Alzheimer leve omiten letras, o escriben algunas de forma inteligible, etc.
Según la enfermedad va avanzando, podemos encontrar otra clase de errores. Podemos comprobar como progresivamente el lenguaje se va empobreciendo y volviendo menos completo. La gramática también se vuelve más sencilla y podemos ver también errores en la puntuación.
Podemos observar también en ocasiones dificultades visuales o visoespaciales. Estos pueden llevar a la presencia de márgenes desiguales, escritura torcida, etc.
En muchas ocasiones determinados errores, sobre todo al principio, pueden ser subsanados con dobles repasos, correcciones, etc. Esto sobre todo cuando la escritura se hace a través de algún medio electrónico, como un móvil o un ordenador.
La capacidad de escritura en el Alzheimer se pierde antes que la capacidad de habla. Sin embargo, la realidad es que muchas personas que sufren de Alzheimer conservan su capacidad de escritura durante años, aun después del diagnóstico. Sí es cierto que a menudo, como hemos explicado, esa escritura se ve adaptada y simplificada.
Cuando la enfermedad avanza, comienza a afectar áreas cerebrales como el área de Broca o de Wernicke, haciendo inevitable la agrafía o la disgrafía. Esto ocurre por la pérdida de la capacidad para encontrar las palabras o la dificultad para comprenderlas.
Sin embargo, también es cierto que aquellas habilidades que menos desarrolladas tenemos son las que con más facilidad vamos a perder. Al menos, serán aquellas en las que antes notemos las pérdidas y más notemos las dificultades.
Por ello, aquellas personas acostumbradas a leer y escribir, sobre todo las que lo hagan a mano, podrán evitar o enlentecer el avance de estas dificultades.
Beneficios de la escritura para la enfermedad de Alzheimer
Son diferentes los tipos de dificultades que una persona con demencia o con Alzheimer se pueden encontrar. Es común la pérdida de memoria episódica entre personas que sufren de Alzheimer. Se ha estudiado que en esos casos, terapias basadas en la lectura o en la escritura pueden resultar de suma utilidad.
También hay otras áreas, aparte de la memoria, que se pueden ver beneficiadas, como la memoria ejecutiva, es decir, aquellas habilidades encaminadas a lograr una meta.
Otras áreas como la orientación espacio temporal, las capacidades auditivas y visuales, la coordinación y la atención o la creatividad. La escritura, sobre todo a mano, puede ayudarnos a lidiar incluso con el estrés.
Consejos y ejercicios prácticos de escritura en el Alzheimer
En muchas ocasiones no somos conscientes de la cantidad de procesos que están implicados en cada actividad. Por ejemplo, para poder comprar es necesaria la memoria ejecutiva, necesitando saber qué necesitamos, dónde comprarlo, acordarnos de coger las llaves y el dinero, etc.
Hacer pequeñas listas puede ayudarnos. Podemos escribir la lista de la compra, o los pasos a realizar para ir al supermercado. También podemos anotar aquello que tenemos que llevar encima para salir de casa.
Para mejorar la orientación espacio temporal podemos también usar una pequeña agenda. Escribiremos en ella el día, la hora, la fecha, dónde nos encontramos, etc.
Un diario puede servirnos también para ayudándonos a recordar aquellas tareas y actividades que hemos hecho a lo largo del día.
Para aquellas personas que estén en fases más avanzadas de la enfermedad puede ser de utilidad escribir etiquetas para indicar el nombre o incluso la utilidad de determinados objetos, o qué se encuentra en cajones o armarios.
Pequeños ejercicios, como dictados, pueden ser de mucha utilidad. Sin embargo, será necesario adaptar el ejercicio a la fase de la enfermedad. Por ejemplo, podemos dictar frases largas o párrafo completos, o podemos usar palabras simples.
También puede ser de utilidad usar contenido que sea relevante para la persona. Por ejemplo, para ello, podemos usar diversos recursos. Podemos escribir los nombres de familiares, eventos de nuestro pasado, etc. Podemos servirnos también de párrafos de libros que la persona haya leído, escenas de películas que les gusten o la letra de una canción.