Duelo anticipado en familiares de personas con Alzheimer

Duelo anticipado en familiares de personas con demencia

Cuando observamos el avance de la enfermedad de Alzheimer u otras demencias en un ser querido, enseguida prevemos lo inevitable. Desde ira o enfado hasta tristeza, miedo o incluso sorpresa, son muchas las emociones que podemos sentir. El duelo anticipado en familiares de personas con Alzheimer es complicado. Ocurre cuando comenzamos a prever el final de la vida de nuestro familiar.

Esto es porque cuando una persona querida sufre de la enfermedad de Alzheimer, son muchos los cambios y adaptaciones a las que las personas tenemos que adecuarnos. La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad degenerativa e incurable. Los cambios progresivos pero continuos que vamos viendo en nuestro familiar pueden ser fruto de una gran sobrecarga, estrés o ansiedad.

Comprendiendo el duelo anticipado

En primer lugar, tratemos de comprender lo que realmente supone sufrir un duelo, y lo que implica que un duelo sea anticipado.

Primero, es necesario entender que cualquier tipo de pérdida conlleva una necesidad de adaptación emocional. Esto quiere decir que los duelos no se producen únicamente ante un fallecimiento.

La pérdida de un tipo de relación con nuestros padres, por ejemplo, puede producir un duelo. Esto se puede dar cuando nos vamos dando cuenta de que no nos reconoce, o de las cosas que ya no podemos seguir haciendo con ellos.

Los duelos suelen producir una serie de emociones comunes en todos. A pesar de ello, no siempre tienen que darse todas, ni son vividas de igual forma por parte de todo el mundo.

Son comunes pues emociones como la tristeza, debido a la conciencia de la pérdida que estamos sufriendo. También podemos sentir ira o enfado, así como frustración, ante la falta de control sobre lo que está sucediendo. Aceptar que no podemos hacer nada para evitarlo puede resultar muy duro.

También son comunes sentimientos de culpabilidad o, sobre todo al principio, dificultad para aceptar lo que sucede.

Los duelos habitualmente duran entre seis meses y un año. Sin embargo, cuando sabemos que la pérdida se va a producir, es muy posible que anticipemos el duelo. De esa forma, tratamos de prepararnos para lo que está por llegar. Nos intentamos hacer a la idea.

El duelo anticipado puede llegar a tener tanta intensidad como la tiene el duelo después de la pérdida.

Las emociones son muy similares, pudiendo sentir de igual forma cansancio, falta de capacidad de concentración, fatiga, ansiedad, tristeza, etc. Sin embargo, no es posible hablar de etapas en el duelo anticipado como habitualmente lo hacemos con el duelo “normal”.

Qué hacer ante un duelo anticipado

Aunque pueda parecer algo negativo, es importante comprender que el duelo anticipado no es algo malo. El duelo anticipado es una reacción normal. A pesar de ello, interfiere en nuestro bienestar.

Por ello, es necesario entender, ante todo, que no es beneficioso tratar de evadir u olvidar el dolor que estamos sintiendo. El duelo no es bueno o malo. La mente necesita prepararse para las duras circunstancias que vamos a vivir. A pesar de ello, sí es posible lidiar con el dolor de una forma más adaptativa.

Consejos prácticos

  • En primer lugar, es necesario comprender que las emociones que estamos sintiendo son naturales. Incluso cuando deseamos que todo acabe, ya que los sentimientos de culpabilidad son muy comunes.
  • Hablarlo con otras personas es siempre importante. Tanto personas que estén fuera de ese círculo en este momento, como con personas que puedan estar pasando o hayan pasado circunstancias similares. Nuestros familiares y amigos son de utilidad en este terreno, pero también encontramos diferentes grupos terapéuticos para tal fin.
  • Hablarlo con un profesional puede suponer la ayuda que necesitamos. No hay nadie que pueda comprender cómo afrontar el duelo mejor que un psicólogo o un psiquiatra, que puede ayudarnos a afrontar la ansiedad, depresión, etc.
  • Cuida tu salud. Dormir adecuadamente y comer lo suficiente son importantes para tu bienestar emocional. También resulta positivo que hagas ejercicio físico.
  • Tienes derecho a sentirte bien. Haz cosas que mejoren tu bienestar emocional. Si tienes actividades de ocio que te gusten, trata de no abandonarlas. Continúa viendo a tus amigos y “no abandones tu vida”.
  • Aprovecha el tiempo que te pueda quedar con la persona. Pasa tiempo con ella y si lo necesitas, despídete. Evitar a la persona que te hace sufrir es muy común, pero no recomendable. Es necesario afrontar el dolor. Escribir u otras formas de desahogo como pintar o cantar pueden ser también beneficiosas.
  • Si de alguna forma en esta difícil situación te sale reírte, hazlo. El sentido del humor es un gran mecanismo para enfrentarse a las circunstancias. Ríete con la propia persona de circunstancias que hayáis vivido juntos.
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