Las personas mayores podrían estar en una situación de riesgo y vulnerabilidad debido al creciente aumento de la contaminación acústica en las ciudades. El problema es que, además, es un riesgo para la salud difícil de detectar, sobre todo por uno mismo. La contaminación acústica es un peligro invisible, pero real.
Comencemos tratando de entender qué es la contaminación acústica.
Índice
Entendiendo lo que es contaminación acústica
La organización mundial de la salud (OMS), define el ruido como cualquier sonido que supere los 65 decibelios (dB). Si supera los 75dB dicho ruido puede llegar a ser dañino, y doloroso a partir de los 120dB.
Las personas mayores pueden ser especialmente sensibles a estos problemas. Por ello, durante el día en el domicilio de una persona mayor no debería haber más de 65dB, pero durante la noche el ruido no debería superar los 30 dB.
Cuando el ruido que hay en las ciudades y en las viviendas supera esos límites, hablamos de contaminación acústica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que es uno de los factores ambientales que provoca problemas de salud más importantes, llegando a requerir hospitalizaciones e incluso provocar la muerte.
Posibles causantes de contaminación acústica
Según cualquier sonido supere los 65dB se considera ruido, y puede provocar la presencia de contaminación acústica. Pero ¿Cuáles son las cosas que pueden provocar dicha contaminación en una ciudad? ¿Cuáles de estos ruidos pueden afectar al día a día de las personas mayores?
Si lo pensamos, lo que se nos puede venir a la cabeza son obras públicas (taladros, etc.), aviones, etc. Sin embargo, otros ruidos más cotidianos también son importantes: tráfico, ruido provocado por locales de ocio, bares, terrazas… incluso el ladrido de un perro puede superar los 60 dB.
Efectos de la contaminación acústica para las personas mayores
Los problemas más evidentes a consecuencia de la contaminación acústica en personas mayores son los problemas auditivos. Entre estos, podemos encontrar tanto la pérdida total de audición como la hipoacusia.
La hipoacusia es la pérdida, ya sea total o parcial, de la audición en uno o ambos oídos.
Sin embargo, hay síntomas menos evidentes e igualmente graves, o incluso más graves, que pueden estar afectando a las personas mayores a causa de la contaminación acústica.
- Problemas psicopatológicos, como aumento del pulso o la presión arterial, que a su vez pueden provocar dolores de cabeza. Las personas mayores también pueden sufrir problemas respiratorios, cefaleas, problemas gástricos e incluso llegar a sufrir un infarto.
- Otros problemas psicológicos como estrés o ansiedad también son síntomas comunes de la contaminación acústica en mayores, así como el cansancio o la depresión.
- Problemas en los ritmos de sueño, que a su ves pueden causar otros muchos problemas, como estés o trastornos conductuales como agresividad, irritabilidad, etc.
- Problemas cognitivos, como problemas en la memoria y en la capacidad de atención. Estos problemas pueden causar a su vez problemas en la capacidad de concentración y bajo rendimiento en las tareas que se propongan realizar.
Medidas a tomar para reducir la contaminación acústica
Hemos comprendido el problema. Sabemos lo que es la contaminación acústica y sus peligros para las personas mayores. ¿Ahora qué?
Parte de la solución está en la propia comunidad, siendo imprescindible la concienciación global. Por ejemplo, podríamos evitar la realización de actividades de ocio que genere excesivo ruido, o evitar el uso excesivo del coche para movernos.
También hay que tomar otras medidas básicas, como alejar los focos de ruido en las ciudades de las zonas residenciales y aislar las viviendas.
A nivel particular, hay otras cosas que también podemos hacer para asegurarnos de que podamos prevenir problemas en la medida de lo posible, y detectarlos a tiempo si no los hemos podido evitar.
En primer lugar, evitar una exposición continuada a ruidos intensos, tanto fuera como dentro de casa. Si hay una zona en obras y podemos ir por otro camino, siempre será mejor.
También podemos evitar ruidos en casa controlando el volumen de la televisión o la radio, así como teniendo cuidado con el uso de auriculares, evitando si es posible los que se introducen en el oído.
Del mismo modo, podemos tratar de asegurarnos una buena higiene del sueño. Para ello, trata de que el dormitorio sea una habitación con poca contaminación acústica por los ruidos de la calle.
Por si todo lo anterior no ha funcionado, no olvides acudir siempre a las revisiones periódicas con tu doctor de cabecera o con el especialista, para identificar cuanto antes cualquier cambio o cualquier posible problema y poder actuar a tiempo.
Comprender y conocer la situación siempre es el primer paso y el más importante para poder estar alerta y cuidar lo mejor posible a las personas mayores que nos rodean.