Cómo ayudar a las personas mayores a adaptarse a la telemedicina puede ser una tarea complicada. En muchas ocasiones puede que ni si quiera estemos seguros de si merece la pena. Sin embargo, en la era digital en la que vivimos, la telemedicina se ha convertido en una herramienta esencial para el cuidado de la salud, especialmente para nuestros seres queridos.
Este avance tecnológico permite que los pacientes reciban atención médica de calidad sin salir de casa. esto puede ser particularmente beneficioso para las personas mayores que pueden tener dificultades para desplazarse.
La telemedicina abarca una amplia gama de servicios, desde consultas médicas virtuales hasta el monitoreo remoto de condiciones crónicas.
Reducir la necesidad de trasladarse a centros médicos minimiza el estrés y el riesgo de accidentes. Hace además posible un monitoreo continuo de condiciones de salud crónicas, lo que puede llevar a una detección temprana de problemas y una intervención más rápida. De la misma manera, facilita la comunicación con profesionales de la salud, haciendo que el acceso a la atención médica sea más sencillo y rápido.
Sin embargo, la adopción de la telemedicina puede presentar ciertos desafíos para nuestros mayores, como la falta de familiaridad con la tecnología y la resistencia al cambio.
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Qué es la telemedicina y por qué resulta útil
Con cada vez mayor frecuencia, sobre todo desde el COVID, la tecnología impacta el día a día de las personas mayores. Esto incluye la medicina. Actualmente, los pacientes pueden interactuar con profesionales de la salud a través de diferentes plataformas si necesidad de estar físicamente presente. Esto incluye una variedad de servicios, como consultas virtuales, diagnósticos, seguimiento de tratamientos y monitoreo del estado de salud.
Hoy en día, es posible acceder a una gran variedad de especialidades médicas y servicios utilizando el teléfono o el ordenador. Ofrece muchos beneficios para las personas mayores, mejorando su acceso a la atención médica y su calidad de vida en general:
- Atención médica desde el domicilio: Acceder a diferentes servicios desde casa resulta especialmente beneficioso en determinados casos como personas mayores con problemas de movilidad o que residan en lugares apartados.
- Reducción de los desplazamientos: Evitar los desplazamientos frecuentes a consultorios médicos y hospitales no solo ahorra tiempo y esfuerzo, sino que también reduce el riesgo de exposición a enfermedades contagiosas, como la gripe o el COVID-19, en ambientes concurridos.
- Monitoreo constante de condiciones crónicas: Personas mayores con condiciones crónicas como diabetes, hipertensión y enfermedades cardíacas pueden acceder a un monitoreo continuo y en tiempo real de estas condiciones. Esto facilita la detección temprana y la intervención rápida por parte de los profesionales de la salud.
- Mayor comodidad y conveniencia: Las consultas virtuales eliminan la necesidad de esperar en salas de espera y permiten a los pacientes programar citas en momentos que les resulten más convenientes, adaptándose mejor a sus rutinas diarias.
- Facilitación de la comunicación con profesionales de la salud: La telemedicina facilita una comunicación más directa y frecuente con los médicos, enfermeras y otros profesionales de la salud. Esto puede ayudar a disminuir los tiempos de espera.
Cómo ayudar a las personas mayores a adaptarse a la telemedicina: principales dificultades
Aceptar el cambio en la medicina moderna, o incluso entender el potencial beneficio, no siempre es suficiente. De hecho, sin varias las dificultades que las personas mayores pueden experimentar a la hora de afrontar la situación.
Entender los desafíos que pueden encontrarse será de utilidad para ayudarles a enfrentarlos:
- Barreras tecnológicas: Adaptarse a la telemedicina es difícil si tenemos una falta de familiaridad con la tecnología. Además, pueden surgir problemas técnicos como la configuración de dispositivos o la descarga de aplicaciones médicas.
- Problemas de vista y audición: Problemas de visión y audición pueden dificultar la interacción con dispositivos electrónicos. Las pantallas pequeñas y el texto de tamaño reducido pueden ser difíciles de leer. Las videollamadas pueden ser problemáticas si hay dificultades para escuchar claramente. Estos problemas sensoriales pueden hacer que las personas mayores se sientan frustradas y menos inclinadas a utilizar la telemedicina.
- Resistencia al cambio: Esta resistencia puede surgir del miedo a lo desconocido, la preocupación por cometer errores, o simplemente una preferencia por las interacciones cara a cara que han conocido toda su vida. El cambio de hábitos y la adaptación a nuevas formas de atención médica pueden ser vistos como desalentadores y poco naturales para ellos.
- Problemas de conexión: El acceso a una conexión de internet confiable y rápida puede ser complicado. Cualquier interrupción en el servicio de internet puede afectar negativamente. Además, la falta de dispositivos adecuados, como ordenadores o móviles con cámaras y micrófonos apropiados, puede ser otra barrera significativa.
- Desconfianza en la seguridad y privacidad: Las personas mayores pueden temer que sus datos personales y de salud sean vulnerables a ataques cibernéticos o que no se manejen de manera confidencial. Esta desconfianza puede hacer que se sientan reacios a compartir información médica a través de plataformas digitales.
Cómo ayudar a las personas mayores a adaptarse a la telemedicina: estrategias para facilitar la adaptación
Ayudar a las personas mayores a adaptarse a la telemedicina requiere de la creación de un entorno de apoyo. Aquí hay algunas estrategias clave:
- Enseñarles de una forma práctica: enseñarles de forma práctica cómo familiarizarse con los dispositivos y aplicaciones de telemedicina haciéndolo con ellos. También se pueden utilizar tutoriales sencillos y visuales con instrucciones paso a paso. Repetir las instrucciones varias veces y tener paciencia es crucial para asegurar que se sientan apoyados.
- Seleccionar la tecnología adecuada: Optar por dispositivos con interfaces sencillas, como tablets con pantallas grandes y funciones táctiles. Seleccionar aplicaciones que ofrezcan buen soporte técnico y configurar los dispositivos previamente con las aplicaciones necesarias y ajustes básicos para simplificar el proceso inicial.
- Crear un entorno de apoyo: Es importante acompañar a los mayores, sobre todo durante las primeras consultas. Esto brindará una mayor confianza en ellos y les ayudará a manejar cualquier problema técnico.
- Motivar y reforzar positivamente: Celebrar pequeños logros, como completar una videollamada o enviar un mensaje a su médico, para reforzar el progreso y aumentar la confianza. Recordar constantemente los beneficios de la telemedicina, como la comodidad y el fácil acceso a la atención médica, y cómo estos beneficios impactan positivamente su salud y bienestar diario. Ser paciente y mostrar empatía hacia los miedos y frustraciones, reconociendo que la adaptación es un proceso y que cada persona avanza a su propio ritmo.
Implementando estas estrategias es clave. Siempre es necesario adaptar la ayuda necesaria a su estado de salud y capacidades. A mayor dependencia de la persona, mayor será la ayuda que tendremos que brindarles. Podemos ayudarles con indicaciones verbales, asistirles a realizar las tareas necesarias o directamente hacerlo por ellos.