Son muchas las áreas sobre las que trabajar y concienciar para mejorar el cuidado de ancianos y su bienestar. Entre ellas, está la prevención de la obesidad. A pesar de que cuando se piensa en obesidad generalmente la primera imagen está asociada a la población infantil, son los mayores los que más riesgo tienen de padecer sobrepeso. Conviene conocer los motivos y saber cómo actuar para prevenir y cuidar de ancianos con sobrepeso.
Esto es debido a que, con los años, quien se haya dedicado al cuidado de ancianos habrá podido comprobar cómo aumentan las limitaciones físicas. Estas limitaciones a su vez provocan un decaimiento de la movilidad y un estilo de vida más sedentario. Esto, sumado a hábitos alimenticios poco adecuados y un metabolismo más lento, provoca un aumento del índice de masa corporal.
Generalmente esto supone un riesgo severo, que se acreciente conforme se van cumpliendo años y el cuerpo está menos capacitado para soportar tanto índice de grasa.
¿Cuáles son los riesgos de no reducir la obesidad en ancianos?
Los que se dedican al cuidado de ancianos, ya sea de forma profesional o porque estén a cargo de un familiar, deben tratar de mantener un peso adecuado en el anciano.
La obesidad en las personas mayores aumenta el riesgo de enfermedades muy conocidas como la diabetes, el colesterol o la hipertensión arterial (HTA).
Sin embargo, hay también otros efectos menos conocidos, estando la obesidad relacionada con el síndrome de apnea del sueño, el reflujo estomacal, la insuficiencia venosa o las afecciones en el aparato motriz o locomotor como por ejemplo la artrosis.
En el cuidado de ancianos, descuidar el riesgo de sobrepeso puede provocar que la persona acabe en un estado de inmovilidad, ya que el tejido muscular se debilita, reduciendo así la fuerza necesaria si hay un exceso de peso corporal.
¿Qué hacer para prevenir la obesidad en personas mayores?
En personas jóvenes, hay ciertas terapias aptas para el tratamiento de la obesidad, como dietas excesivamente hipocalóricas. Sin embargo, esto no resultaría apropiado para la tercera edad. Por ello, en el cuidado de ancianos, el objetivo principal debe ser la prevención de la obesidad.
Si se quiere lograr este objetivo es necesario mejorar la calidad de vida de las personas mayores: evitar que ganen peso, mejorar la movilidad, la nutrición, el estado de salud, etc.
Las medidas que se adopten para prevenir la obesidad en el cuidado de ancianos han de cubrir todas las áreas:
Ejercicio físico
El ejercicio físico disminuye la acumulación de colesterol, mejora la sensibilidad a la insulina y ayuda a mantenerse activo y en forma. Se debe tener en cuenta que en el cuidado de ancianos la realización de ejercicio físico ha de estar adaptado a las carencias y al estado físico de la persona. Es necesario realizar una rutina de ejercicios ligera o moderada, como por ejemplo mediante un paseo diario de 10 o 20 minutos. Si la persona está inmóvil, otra alternativa son los ejercicios progresivos de estiramiento para mantener la movilidad de los músculos.
Buena nutrición
Una dieta sana y equilibrada es fundamental para reducir o eliminar el exceso de grasa corporal y mantenerlo en unos niveles adecuados. En el cuidado de ancianos, se debe evitar el uso de alimentos con alta concentración calórica, grasas saturadas y azúcares refinados. Es adecuado proporcionar una dieta rica en verduras, frutas y cereales, que favorezca una digestión adecuada.
Es preferible en el cuidado de ancianos preparar menús con cantidades más pequeñas, pero asegurarse de que comen más veces a lo largo del día. Deben además masticar bien la comida y beber al menos dos litros de agua al día. También se puede, de ser necesario, sustituir los aperitivos por fruta o verdura y utilizar aceite de oliva para cocinar.
Revisiones médicas al día
Nunca hay que olvidar que, el trabajo como cuidadores de personas mayores, está supeditado a la opinión médica. Es necesario asegurarse de mantener las visitas al médico convenientes. La máxima recomendación no es otra que consultar periódicamente al médico para que realice un seguimiento de la evolución de la masa corporal y establezca las pautas oportunas. También existen determinados fármacos que, siempre bajo prescripción médica y cuando sea estrictamente necesario, puede ayudar a reducir la obesidad.