Cuando una persona mayor tiene alguna clase de demencia, o deterioro, comienza a tener desorientación a varios niveles. Para enfrentarse a esta situación es necesario conocer qué significa esta patología y cómo actuar para prevenir estos episodios y ayudar a una persona mayor que los padezca. ¿Qué es la desorientación?, ¿cómo actuar?, ¿de qué manera se manifiesta?
Respondemos a estas y otras preguntas de vital importancia para ayudar en todo lo posible a personas de la tercera edad con pérdida de orientación.
Tipos de orientación en las personas
Decimos que la orientación puede ser de tres tipos: espacial, temporal y personal. Cada una de ellas actúa en un campo diferentes.
- La orientación espacial es aquella que les permite a las personas mayores ser conscientes de su entorno: el lugar donde están, dónde viven, a dónde van, etc.
- La orientación temporal permite a las personas mayores manejar la información y situarla en un momento concreto: qué día es, el mes, año, estación, etc. También les permite entender cuál es el momento apropiado para cada cosa.
- La orientación personal permite a las personas mayores conectarse consigo mismos, integrando toda la información personal: el nombre propio, edad, lugar de nacimiento, nombre de los familiares, gustos, etc.
¿Cómo se manifiesta habitualmente la desorientación en las personas mayores?
La desorientación está entre los primeros síntomas de Alzheimer. Si bien no es una regla universal, habitualmente lo primero en verse afectado es la orientación temporal, seguida de la espacial y, por último, la personal.
Naturalmente, cuanto mayor se vea afectada la memoria, peor será la orientación. Si las personas mayores están comenzando a ver dificultades a la hora de registrar información nueva o acceder a la previamente almacenada, les costará recordar el día que es, el nombre de sus hijos y otro tipo de cuestiones cotidianas de memoria.
En un inicio, ocurren fallos más o menos normales. Se pueden llegar a notar fallos de juicio en las personas mayores, tales como estimaciones erróneas del tiempo que les puede llevar realizar una actividad, o inferencias equivocadas del tiempo que ha pasado.
Progresivamente se irán convirtiendo en pérdidas de memoria puntuales que irán siendo cada vez mayores. La memoria disminuirá hasta finalmente convertirse en un problema más grande, como puede ser el de no llegar a reconocer a sus hijos.
Cuanto más avanzado está el deterioro, mayor es la desorientación, y con ello, también se ven afectados emocionalmente los más allegados.
¿Qué hacer ante la pérdida de orientación?: Terapia de Orientación a la Realidad
La Terapia de Orientación a la Realidad es una terapia no farmacológica que permite crear un vínculo entre las personas mayores y su propia realidad. Mediante la misma, mejora su control y autoestima, así como su comprensión de aquello que les rodea.
Para realizar una Terapia de Orientación a la Realidad con las personas mayores es necesario tener en cuenta las tres áreas arriba mencionadas, y usar todo aquello que les rodea, integrando esta terapia en el día a día.
Presentamos a continuación diferentes ideas y estrategias:
- Facilitar que las personas sean conscientes de la manera más sencilla posible del día y lugar en el que se encuentran es siempre una buena idea. Para ello, se pueden colocar relojes y calendarios a la vista. Cuanto más sencillos y claros sean, mejor.
- La repetición es también siempre una buena estrategia para ayudar a las personas mayores. Si además les involucramos en el proceso, mejor. Se pueden realizar carteles o dibujos con información del día: qué día es hoy, qué tiempo hace, la estación en la que se encuentran, etc., y ponerlos a la vista.
- Comentar o ver las noticias es también positivo. Acciones como ver el telediario, leer la prensa, y otros medios de comunicación diaria. Que sean conscientes de lo que acontece en la actualidad y puedan expresarse al respecto.
- Comentar y trabajar con ellos la información más relevante como dónde se encuentran. Comunicarse y dialogar sobre un lugar, el pueblo, la ciudad, el país, etc.
- Trabajar la reminiscencia mediante información personal: nombre, edad, fecha de nacimiento, nombre de sus familiares más cercanos, profesión, etc.
- Ejercicios de estimulación cognitiva para relacionar diferentes aspectos entre sí. Fomentar actividades como relacionar objetos con el lugar en el que se suelen encontrar, dibujar árboles genealógicos para que recuerde su familia, identificar objetos y relacionarlos con su uso más frecuente, identificar objetos mediante el tacto, etc.
- Facilitar rutinas estables. Que todos los días realice las mismas actividades facilita que pueda recordar “qué toca ahora”.
- Usar los nombres: identificar el propio y dirigirse a las personas mayores por su nombre en todo momento.
- Celebrar los cumpleaños es una manera fácil y divertida para que recuerde en qué fecha está, fechas de nacimiento, etc.
Realizar álbumes de fotos e incluir en los mismos información como nombres, parentesco, etc.